El cuadro de luces donde empezó el fuego ya ardió en otro incendio este verano

Cientos de personas despidieron este viernes a Rosana y sus tres hijos

El cuadro de luces en el que la Policía Nacional sitúa el origen del incendio, que literalmente desapareció por el fulminante efecto de las llamas a las que contribuyeron la moto, las bicicletas, las bombonas y los neumáticos que se concentraban en el portal, ya había ardido en otro siniestro este mismo verano. En aquella ocasión fue algo leve, que no pasó a mayores. Nada que ver con lo sucedido este miércoles, cuando el fuego provocó una tragedia que no tiene precedentes en Vigo en casi cuatro décadas.

Junto a la madre y a sus tres hijos fallecidos, otras nueve personas tuvieron que ser trasladadas a centros sanitarios. Seis continuaban ayer hospitalizadas, según el último parte difundido por la Consellería de Sanidade: la hija y hermana de los fallecidos, Yurena, de 8 años, continúa en el Hospital Materno-Infantil Teresa Herrera de A Coruña estable dentro de la gravedad, mientras que el padre está en la UCI del Hospital Ribera Povisa en estado crítico, unidad en la que también siguen tres más de los heridos. Uno más evolucionó de forma favorable y ya pudo ser trasladado a planta.

Sobrecogedor rescate del padre y su hija de 8 años que sobrevivieron al incendio: "¡Aguanta, aguanta!"

Maritza Dall

Una de las claves de este caso es la investigación policial en marcha. Tras el incendio, todo parecía apuntar a un fuego intencionado y a un autor muy concreto, un hombre de 39 años con antecedentes policiales al que habían expulsado recientemente del conflictivo edificio. Un joven llegó a relatar la misma madrugada del incendio ante un policía local que lo había visto arrojar “gasolina” en la zona de los “contadores eléctricos”. Pero después se desdijo.

Y, pese a que durante estos últimos dos días en el lugar del siniestro no dejan de culparlo, incluso a gritos y a viva voz, las fuentes policiales consultadas señalan que ya en las declaraciones oficiales ante los agentes nadie lo situó allí en el momento de los hechos. A mayores, confirman, el sospechoso fue localizado y aportó una coartada que ayer se trataba de corroborar en una jornada festiva en la que los agentes de la Policía Judicial siguieron con la toma de declaraciones y los de la Brigada Científica regresaron al portal del incendio.

Cautela

Por ahora, por cautela y mientras no finalicen las diligencias policiales en marcha, no se da por cerrada ninguna hipótesis, pero la teoría del incendio accidental es la que está con más fuerza sobre la mesa. Porque tampoco se encontraron indicios de la presencia de combustible en el portal. Tampoco olía a gasolina ni a ningún otro acelerante cuando los servicios de emergencia llegaron al lugar, como ya se trasladó al juzgado en el que recayó la causa. En todo caso, de haberse usado alguna sustancia sería muy difícil detectarla dado el estado en el que quedó el hall.

En un edificio okupado en el que estaba cortado el suministro de luz y agua, todo apunta a que los residentes realizaron enganches caseros para abastecerse de electricidad que pudieron contribuir a que se produjese una sobrecarga en un cuadro ya dañado por el anterior incendio del verano. En el edificio también había un tubo de polietileno –que se rompió durante el fuego– que estaba conectado a la red de forma fraudulenta y que recorría el inmueble ascendiendo por el tiro de escaleras y alimentando a las diferentes viviendas del mismo.

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