En el olimpo internacional de la pesca submarina

Isabel Arroyo se proclama campeona del mundo con España solo tres años después de empezar a practicar este deporte

Isabel Arroyo, durante una inmersión.

Isabel Arroyo, durante una inmersión.

Vigo puede presumir de tener a la campeona del mundo –en equipo– y de España y Galicia (en 2022, subcampeona este año) –en individual– de pesca submarina, Isabel Arroyo Crespo (Bembibre, León, 1988). Llegó a la ciudad hace unos 10 años para estudiar, primero, un ciclo superior de Anatomía Patológica y, después, el grado universitario de Enfermería... y se quedó.

Tan solo tres años después de empezar a practicar este deporte, ha logrado poner en mayúsculas en el planeta de una forma brillante y en tiempo récord el nombre de la urbe, en la que le encanta vivir: se siente “orgullosísima” por ello.

En el campeonato del mundo, que se celebró el pasado mes de septiembre en Laredo (Cantabria), logró alzar el título con dos compañeras del País Vasco –Yaiza Romero, undécima en individual– y Baleares –Malén Sart, la campeona del mundo en individual–. Esta modalidad deportiva se realiza mediante la inmersión en apnea y la caza del pez utilizando un arpón o fusil submarino. Arroyo escaló hasta el octavo puesto a nivel mundial en individual y consiguió el título nacional en Sanxenxo a mediados de junio.

Las competiciones se desarrollan habitualmente en dos jornadas de unas 5 o 6 horas y cada deportista participa en un barco con un ayudante. España es una gran potencia en pesca submarina: es el país que más títulos mundiales, europeos y euroafricanos atesora. En el caso del pasado campeonato del mundo, las capturas obtenidas fueron donadas a entidades benéficas. “Hay un cupo por especie y pesos mínimos en favor de la sostenibilidad del medio”, indica Arroyo, que pone en valor el esfuerzo que merece la preparación para una competición de élite, con entrenamientos de 10 horas al día durante más de dos semanas.

Reconoce que una de las razones que explica su rápida evolución es haber contado con el “apoyo de gente muy buena y con mucha experiencia”, deportistas de la élite de la pesca submarina como los gallegos Adrián del Río o Ricardo González, así como compañeros de otras comunidades con los que ha compartido experiencias. “Hay deportistas que llevan 10, 15 o 20 años, pero yo solo tres. Empecé a competir a los dos meses de comenzar a practicar este deporte, que me enganchó desde el primer momento. Es muy divertido y dinámico”, explica.

Fue su padre el que la introdujo “de casualidad” en el mundo de la pesca submarina, que cada vez cobra mayor protagonismo en el escenario nacional e internacional. “Él es muy aventurero y me dijo de probar esta modalidad. Coincidí con unas chicas que compiten y me animaron. Es un talento que tengo que pude haber descubierto mucho antes”, apunta tras destacar que “siempre” ha hecho deporte. “Competí un montón de años en esquí, estuve federada en Asturias. También voy al gimnasio e hice kárate, skateboarding –patinaje en tabla–, escalada, montañismo, atletismo...”, enumera.

Arroyo apunta que la concentración en este deporte es “muy importante”. “Es una modalidad idónea para desconectar: pasas varias horas sola y mucho tiempo en el agua sin hablar con nadie, eso me da paz. De todas formas, no es un deporte solitario porque participa más gente y, al acabar, hablas con todos”, asevera. Además de tranquilidad, la pesca submarina le aporta mucha información sobre un mundo desconocido para ella hasta que empezó a practicarla: “Había vivido toda la vida sin preguntarme qué había en el mar y compruebo que esconde muchísimo más de lo que me esperaba”.

Lubina, sargo y dorada

La especie que más le gusta capturar es la lubina: “He pescado contadas porque es muy lista y complicada de coger, pero es un orgullo cada vez que lo consigo”. También cita a los sargos. Asegura que “son muy rápidos e inteligentes” y se necesita ir “muy sigiloso” y “con bastante técnica” para prenderlos. “Tengo ganas de capturar doradas o dentones”, apostilla. Destaca que la experiencia es fundamental para pescar estas especies: “Todos los días aprendo y veo cosas nuevas”, indica.

Lamenta la desventaja con respecto a otras comunidades que supone que solo se permita en Galicia la práctica de la pesca submarina a diario entre el 1 de mayo y el 30 de septiembre. Fuera de estas fechas, se autoriza los sábados, domingos y festivos de carácter estatal o autonómico y entre el jueves y el domingo de Semana Santa. “De lunes a viernes, en los momentos que puedo por trabajo –en una residencia de ancianos de Aldán–, voy a la piscina y al gimnasio unas dos horas al día. El fin de semana, si las condiciones son favorables, salgo al mar. En verano, voy al agua todos los días que puedo: a las rías de Vigo, Pontevedra, Vilagarcía o Baiona hacia A Guarda”, anota.

Ya tiene marcados en rojo los próximos retos: los campeonatos gallego, nacional y euroafricano en 2024. Finaliza agradeciendo también el apoyo le ofrece Cressi, una marca que la patrocina: "Me dan todo el material, consejos y lo que necesite".

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