El niño emigrado que hechizó al cielo

Nacido en Vigo en el año 1881, Joaquín Oitavén fue el primer instructor de vuelo de la Armada Argentina. El hangar del Museo de Aviación, en Buenos Aires, lleva su nombre

El condestable Joaquín Oytabén (Oitavén), a bordo de su biplano.   | // MUSEO DE LA AVIACIÓN NAVAL ARGENTINA

El condestable Joaquín Oytabén (Oitavén), a bordo de su biplano. | // MUSEO DE LA AVIACIÓN NAVAL ARGENTINA / Lara Graña

Lara Graña

Lara Graña

“Compañía de vapores correos del Norddeutscher Lloyd: De Vigo directamente para Montevideo y Buenos Aires, saldrá el 30 de diciembre el vapor correo alemán Crefeld. Admite carga y pasajeros”. Anuncios como éste, publicado en 1899, colmaban cada semana las páginas de FARO. La oferta disponible para emigrar era mayúscula, con otros buques como el Cordouan, Ebro, Clyde o Almirante Courbet, que eran vapores de compañías como Hamburgo Sudamericana, Rob. M. Sloman o Chargerurs Reunis. Había que acudir a los agentes de estas navieras, con oficinas en la calle Real o en Areal, para reservar sitio.

“Llevan camareros y y cocineros españoles para atender los pasajeros de tercera clase. Los que tienen muy buen servicio de mesa, magníficas literas, la comida a la española, todos los días variarla y siempre con vino. Asistencia médica gratis”, rezaba literalmente uno de esos clasificados. En uno de estos buques, de entre 100 y 150 metros de eslora, partió de Beiramar la familia de un chiquillo que se convertiría en mito. Un Dédalo nacido en 1881, probablemente de familia de Fornelos de Montes, que encontró entre las nubes su ecosistema preferido. Porque el precursor de la aviación militar en Argentina fue gallego.

Joaquín Oitavén

Nacido en Vigo en el 1881, fuel el primer instructor de vuelo de la Armada Argentina

En su parte de defunción figura el nombre Joaquín Oytabén, apellido transpuesto de Oitavén, que a día de hoy figura en los carnés de identidad de 227 personas en Galicia. “Muerto a consecuencia de una caída mientras efectuaba vuelos en el Aeródromo de La Bahía con un Farman”, un biplano con motor Gnome de 50 hp (horsepower o caballos de potencia). En la provincia de Buenos Aires, a 10.200 kilómetros de la ciudad que lo había visto partir de niño a bordo de un vapor, murió el condestable Oytabén –como se le recuerda en Argentina– con solo 34 años. Un emigrante más, un precursor único. “A partir de la promulgación de la presente –fija la ley 4852, de noviembre de 1942–, y sin perjuicio de que los aeródromos construidos en la Provincia se identifiquen con el nombre de la ciudad o pueblo a la cual sirven, conservando además la característica aeronáutica que les ha fijado o les fije la Dirección General de Aeronáutica Civil, desígnase con [...] el nombre Joaquín Oytabén el aeródromo construido en Las Flores”.

Oitavena bordo de un Farman biplano.

Oitavena bordo de un Farman biplano. / Museo de la Aviación Naval I

Cómo un joven de Vigo llegó a convertirse en el primer instructor de vuelo de la Armada Argentina es una historia azarosa que en este país recuerdan con tesón. Y que figura en los diarios de sesiones de la Cámara de Diputados, como en este de 1966: “La Aviación Naval Argentina se inicia en 1913 con el teniente de fragata Melchor Escola, seguido por el condestable artillero de primera Joaquín Oytabén, fallecido éste en un trágico accidente en octubre de 1915”. Se sabe, por la documentación que obra en manos del Museo de la Aviación Naval, que nació un 10 de mayo y que recibió la ciudadanía argentina a los veinte años, en 1901. Su familia se habría asentado en la provincia de Buenos Aires, donde llegaban aquellos vapores, y donde él se alistó para prestar servicios como militar. Empezó como aprendiz astillero pero enseguida empezó a mirar hacia arriba. A querer volar.

Tarjeta de piloto aviador de Joaquín Oitabén

Tarjeta de piloto aviador de Joaquín Oitabén / Museo de la Aviación Naval I

Oitavén se unió a un grupo de aviadores civiles y pidió permiso en el Arsenal del Río de la Plata para hacer un curso de aviación en la academia del ingeniero Antonio Guido Borello. Para el año 1914 ya volaba él solo a los mandos de un Farman con motores Gnome. Este tipo de avión, desarrollado en Francia inicialmente para tareas de inspección, lo acompañaría hasta el final. Ese mismo año, de hecho, el joven gallego sufrió un durísimo accidente al impactar contra un crucero acorazado de la Armada, el General Belgrano, del que sobrevivió sin ningún daño. Aunque aquel biplano pertenecía a su instructor, un civil, el jefe de Oitavén autorizó su reparación en instalaciones militares, lo que propició que personal de la Armada se adentrase en el mundo de la aviación. Nuestro protagonista obtuvo la licencia de piloto aviador en noviembre de aquel 1914, con el número 57.

Ha sido reconocido, a través de una ley, como fundador de la aviación naval del país sudamericano

Nunca se desvinculó de las tareas encomendadas por sus superiores del arsenal militar de La Plata, y se le permitió coordinar su trabajo con la dirección de la escuela de Borello, conocida como Berisso, y ejercer como instructor. Hasta que Joaquín Oitavén se ofreció a la Armada para dar clases a personal militar; lo consiguió, y fue nombrado oficialmente mediante una resolución del ministro de Marina, Marina, Almirante Juan Pablo Sáenz Valiente, en abril de 1915. “Fue tan grande la consagración del condestable Oytabén a la enseñanza del vuelo a sus camaradas que en poco tiempo todos los alumnos volaban solos y se ejercitaban en la realización de las pruebas exigidas en los exámenes”, recuerda el portal oficial de noticias de la Armada Argentina.

Imagen de los restos del Farman accidentado en el que perdió la vida.

Imagen de los restos del Farman accidentado en el que perdió la vida. / Museo de la Aviación Naval I

No pudo disfrutar mucho de sus éxitos: en octubre, a bordo de su Farman, cayó desde una altura de 250 metros tras atravesar un remolino de aire. Falleció en el acto. El Hangar Tecnológico del Museo de la Aviación Naval Argentina, en Bahía Blanca, lleva su nombre. Joaquín Oitavén ha sido oficialmente reconocido como fundador de la aviación naval y precursor de la aeronáutica argentina.

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