Con varias diligencias en marcha y a la espera del pronunciamiento de la Audiencia sobre la tramitación de la causa según la Ley del Jurado, el Juzgado número 2 de Tui que investiga la muerte y desaparición de la viguesa Déborah Fernández-Cervera, en abril de 2002, retoma las declaraciones.

Mañana es el turno del perito designado por la defensa del único investigado en el caso, Pablo P. , ex novio de la joven, para ratificarse en su informe sobre el borrado de datos o manipulación del disco duro del ordenador de la fallecida.

Las conclusiones obtenidas por los profesionales que analizaron el ordenador difiere de las recabadas, aunque no en su totalidad, por el laboratorio Lazarus, contratado por la familia Fernández-Cervera. Estos analistas detectaron no solo que el disco duro sufrió alteraciones, sino que estas se produjeron una vez el dispositivo fue entregado a la Policía.

En medio del curso de esta investigación, los abogados de la familia de Déborah, ya anunciaron la presentación de sendas denuncias contra agentes de Policía Nacional ante el juzgado por las innumerables negligencias acaecidas en el transcurso de la investigación del caso. La última versa sobre la aparición, más de veinte años después, de varios legajos que contenían documental, vídeos e incluso un teléfono móvil que podría corresponder con el de la joven, que se encontraba perdido desde entonces.

Tal fue la indignación de los letrados ante este último suceso, que se reiteró a la jueza la petición de que el equipo investigador sea retirado del caso y que lo que quede por hacer se encomiende a la Guardia Civil.