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Nazanin Badrkhani: "No solo es un poco de pelo, son muchas las leyes las que no nos dejan respirar en Irán"

Un centenar de personas se concentró ayer en Vigo en solidaridad con las mujeres iranís y contra el feminicidio de Masha Amini | Las mujeres se cortaron un mechón de pelo "por la vida, por la libertad"

La iraní Nazanin Badrkhani, residente en Vigo, estuvo presente en el acto. MARTA G. BREA

Siempre supo que, cuando cumpliera los siete u ocho años, debería vestirse acorde a la ley que en su país obliga a las mujeres a tapar su pelo con el hiyab (velo) y los brazos y las piernas con prendas holgadas. También tuvo claro que desobedecería aquella norma que atentaba contra su libertad, porque eso es lo que quería ser: una mujer libre, también para poder vestirse como quisiera y no como un régimen dictatorial ordenaba, por lo que al cumplir la edad “límite” su disidencia empezó a costarle al menos cinco detenciones a la semana. La Gasht-e Ershad, también conocida como la policía de la moral o policía religiosa islámica de Irán, la llevaba de una sala de detención a otra, sus padres acudían a buscarla con otra ropa, los multaban, la soltaban y Nazanin Badrkhani volvía a salir a la calle al día siguiente sin hiyab, sin la ropa impuesta, para volver a ser detenida.

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Las viguesas se cortan el pelo por las mujeres de Irán Marta G. Brea

A veces protestaba en la calle junto a otras chicas y la sociedad en la que estaba creciendo la asfixiaba diciéndole que “¿de qué te quejas? Tienes de todo, cállate y vete para casa”. Nazanin Badrkhani acabó huyendo de Irán a sus 22 años, la misma edad que tiene ahora su hermana, la misma edad a la que fue asesinada Masha Amini hace prácticamente un mes por salir de una estación de metro en Teherán sin llevar el velo, y ayer, frente al Museo de Arte Contemporánea de Vigo, Nazanin colocó un mechón de pelo entre las dos hojas de una tijera y se lo cortó “por las mujeres, por la vida, por la libertad”.

Un centenar de personas acudió ayer a la llamada de esta mujer iraní residente en la ciudad y a la de Feminismo Unitario para “gritar” contra el feminicidio de Masha Amini, que ha desatado numerosas protestas a nivel internacional, contra la dictadura en Irán y en solidaridad con las mujeres como la hermana de Nazanin Badrkhani, que continúan “sobreviviendo” en un país en el que dependen de sus padres o de sus maridos para prácticamente todo y en el que no se les permite “ni cantar, ni bailar, ni montar en bici, ni ir a ver un partido de fútbol a un estadio porque ‘provocan’ a los hombres”, afirma Nazanin.

Los iranís que vivimos fuera estamos gritando para que el mundo se entere de lo que hacen esos terroristas allí dentro

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En el acto, en el que mayoritariamente participaron mujeres, los asistentes portaban carteles de protesta, fotografías de mujeres iranís asesinadas, una gran pancarta con el lema “Loita feminista contra terrorismo machista” y Nazanin pudo compartir su testimonio y explicar a los presentes lo que está ocurriendo en su país de origen, ya que, tal y como asegura, “quise organizar una manifestación o concentración porque llevamos ya 30 días sin saber si nuestra familia sigue viva o muerta, porque el régimen les ha cortado el acceso a internet para que no vean las protestas internacionales, y no tenemos forma de contactar. Es por esto que los iranís que vivimos fuera del país queremos ser su voz, aprendimos idiomas y ahora estamos pidiendo ayuda internacional, gritándolo para que todo el mundo se entere de una vez qué es lo que están haciendo esos terroristas allí dentro”.

Una cruda realidad

Esta mujer iraní residente en Vigo comenta que “antes éramos un país libre, hacíamos la vida que ahora se hace en España, pero con la revolución, llevamos más de 40 años de dictadura con terroristas que imponen una ley y otra ley en nombre del Islam, pero que es mentira, porque incluso ahora los creyentes y religiosos las critican porque saben que el régimen les miente. De pequeña me detenían siempre porque no me vestía como el régimen dictaba, te multaban y te soltaban, pero es que la policía de la moral, que muchas personas no saben que van en furgones por la calle controlando que las mujeres cumplan las normas de vestuario, que no vayas maquillada, que no lleves ropa de color o que no tengas un poco de pelo fuera del velo, en los últimos años se ha vuelto más violenta. Mi propia hermana me lo contó, que las golpeaban, las insultaban e incluso abusaban de ellas. Y no solo es un poco de pelo, son muchas las leyes las que no nos dejan respirar en Irán”.

Fue precisamente la violencia de la policía de la moral lo que acabó con la vida de la joven Masha Amini. Nazanin Badrkhani señala que “ellos dicen que se murió por una parada cardiorrespiratoria porque se asustó, pero la realidad es que la golpearon por no llevar el velo, la quisieron meter en el furgón y ella se negó. Le golpearon la cabeza contra la furgoneta y aprovecharon para meterla dentro. Después, en la sala de detención, en donde había muchas más chicas, siguieron golpeándola y cuando ellas gritaron pidiendo ayuda, la policía que estaba fuera, entró para seguir golpeándolas. Llegó en coma al hospital y se murió allí no por un infarto, sino por la brutalidad de los golpes. Ellos lo niegan porque es una dictadura”.

Muchas personas no saben que la policía de la moral va en furgones por la calle vigilando la vestimenta de las mujeres

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El feminicidio de Masha Amini desató una oleada de protestas en Irán y también en el resto del mundo. Las mujeres están llevando adelante el mayor desafío al régimen dictatorial en décadas y la Unión Europea llegó esta misma semana a un acuerdo para sancionar a Irán por el asesinato de Masha y por la represión contra los manifestantes, que ya alcanza el centenar de fallecidos y decenas de heridos.

En este sentido, Nazanin Badrkhani dice que “han detenido a universitarios y a estudiantes de los institutos y de las escuelas primarias, los llevan a unos hospitales psiquiátricos para ‘tratarlos’, y yo sé cómo los tratan porque a mí me internaron dos semanas en ese hospital de mierda y sales traumatizada. Latigazos, pastillas... cuando sales de ahí no eres una persona”.

Desde Feminismo Unitario, Raquel Crespo indicó que “cando recibimos a chamada de axuda de Nina (Nazanin), non dubidamos en saír á rúa para solidarizarnos coas mulleres iranianas e reivindicar unhas vidas libres de violencia, non só Irán, senón en todo o mundo, porque as nosas cadeas pode que sexan diferentes, pero nos están oprimindo polo feito de ser mulleres. Por outra parte, queremos denunciar que as relixións, sexa o Islam ou o catolicismo, crean dogmas que someten ás mulleres”.

Tras finalizar la lectura de un manifiesto, cánticos como “Irán libre”, “todas somos Masha Amini” o “dictaduras nunca máis” inundaron Príncipe, arrancando los aplausos de los viandantes. El momento más simbólico se produjo después, cuando decenas de mujeres se empezaron a cortar el cabello, depositándolo sobre una sábana para reivindicar la memoria de Masha Amini y visibilizar, entre la tristeza y la rabia, que las mujeres iranís no están solas.

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