¡Por fin ese edificio de la Plaza de la Constitución 11 que han dado en llamar “de la cerería” porque ahí se alojó la cerería San José (propiedad precisamente del pintor Luis Torras antaño) tras dejar su emplazamiento en la Plaza de Almeida, será rehabilitado! Hace años que estaba paralizada su reforma, afeando gravemente esa céntrica e histórica plaza y dicen que ahora será ocupado por un establecimiento hostelero el bajo y pisos de alquiler. Recemos para que no sean pisos turísticos porque es una ocupación nefasta para los vecinos de un barrio como se ha demostrado sobradamente: rompe su espíritu, encarece los precios expulsando a sus moradores de siempre, altera sus ritmos y atrae franquicias que corrompen su personalidad tradicional hostelera. Por fin ese edificio será rehabilitado, un edificio en cuyo bajo, antes de la cerería, y allá por los años 50, estuvo el comercio El Bebé y nacieron Perfecto y Tito Fernández Álvarez, en cuyo primero vivía “don Manuel”, con zapatería tras los antiguos Juzgados. Enfrente, la farmacia de los Luca de Tena que los chavales llamaban de Victorino porque ese era su mancebo, de talla imponente, un tipo querido y cordial que curaba a los chavales de sus magulladuras en aquellos juegos callejeros de antaño. Tan cordial como los Rivera, que vivían en el edificio de al lado cuando “Medina”, el taxista, se trasladó allí y tuvo a Sindo, Tito, Manolo, Loli y Maite Rivera, edificio que acabó comprando y rehabilitando su hijo Sindo y que tenía en el bajo los Calzados Milán (antes Domarco) de Paco García, que a su vez tenía Calzados Elefante en la plaza da Princesa, casado con Rosa Pérez. Cuánta historia tras cada edificio.
¡Y Sting llega a Vigo!
No fue un sueño. En A Coruña tocaron una vez Bob Dylan, Robert Plant, Neil Young, The Kinks, Chuck Berry, Wilson Pickett, Jerry Lee Lewis y Sting, entre otros, dentro de un mismo festival. Eso fue en 1993 y Sting, cuya música ha ido acompañando mi vida desde finales de los años 70 o poco más tarde, no estuvo especialmente excepcional pero el plantel era un sueño hecho realidad para un tipo como yo, que nació el mismo año que el cantante, y para los de mi generación. Ahora Sting visita por vez primera Vigo y no nos va a obligar a desplazarnos a A Coruña (1991 y 1993), Santiago (2000) o Vilanova de Gaia (2019) como en anteriores actuaciones suyas, pero este sábado va a llenar con un público ya canoso que era joven en los años 80 y 90. Más o menos de esa edad y generaciones posteriores puede ser el de Hombres G el día 14, y ya no digo Raphael el 16, a quien yo entrevisté en Castrelos hace cuatro decenas de años o más. El Ayuntamiento ha diseñado para este año un cartel variopinto, intergeneracional, popular y con poder de convocatoria y la gente ha respondido sin freno ni mesura. Muy bien.