El Hospital Álvaro Cunqueiro ha sido escenario de una intervención pionera en el resto de hospitales de España. Los profesionales de los servicios de Cardiología y Cirugía Cardíaca ya realizan implantes de válvulas tricúspides de corazón sin tener que abrir al paciente, sino que a través de un catéter que se inserta en la vena femoral se conduce la válvula hasta el corazón y se implanta; un procedimiento menos invasivo para el paciente y que permite una recuperación más rápida.

Por el momento, ya llevan tratado con este procedimiento a dos pacientes, que están dados de alta y presentan una evolución favorable, explica el Sergas. La novedosa técnica consiste en cambiar la propia válvula tricúspide del paciente –cuando esta no realiza su función correctamente– por una prótesis valvular cardíaca, que se introduce por un catéter a través de una punción de la vena femoral.

Hasta ahora, los cambios de estas válvulas se realizaban con cirugía convencional; esto es, a corazón abierto, lo que supone abrir el esternón del paciente, llegando a parar muchas veces su corazón.

Según afirma el cardiólogo Rodrigo Estévez “se trataba de una cirugía de alto riesgo, dado que generalmente los pacientes son de edad avanzada, y llegaban en una situación clínica desfavorable. Por lo tanto, la insuficiencia de tricúspide era una patología infratratada. La nueva técnica evita abrir el esternón y parar el corazón, por lo que es menos agresiva, más segura, y con menos complicaciones. En consecuencia, reduce de una manera muy significativa las estancias hospitalarias de los pacientes y permite acelerar su recuperación postoperatoria”.

Esta válvula tricúspide separa el ventrículo derecho de la aurícula derecha del corazón, y regula el flujo sanguíneo entre ambas. La válvula se abre para que la sangre pase, y cuando no cierra correctamente se produce un reflujo de la sangre que retrocede hacia las venas principales en lugar de desplazarse adelante y llegar a los pulmones.

Si esta insuficiencia es grave puede cursar con síntomas como cansancio, debilidad, hinchazón de abdomen, pies o tobillos. Con esta técnica podrán beneficiarse unos 10 enfermos anuales en el Álvaro Cunqueiro.