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Lifting del concello para renacer como lugar de ocio

La reforma se dividirá en cuatro fases para no interrumpir los servicios - La actuación inicial, de la torre y la base, asciende a más de 11 millones

Fachada de la sede del Concello Ricardo Grobas

Mejorar la eficiencia energética, la sostenibilidad, la accesibilidad y la habitabilidad de los espacios de atención al público y ampliar funciones –a usos turísticos, culturales y vecinales– con un lavado de cara integral que incluye tanto la base del edificio como la torre. Es el objetivo que tiene entre ceja y ceja el Concello de Vigo con la reforma de la sede de la Praza do Rei, la casa de todos los vigueses, que sopla 46 velas este verano: fue inaugurada el 26 de julio de 1976 con la presencia del rey Juan Carlos y la reina Sofía. Presumirá de un nuevo vestíbulo con puestos inclusivos, un último piso para uso ciudadano, una terraza-mirador de más de 100 metros cuadrados con vistas de lujo a la ría y la ciudad a la que se llegará por un ascensor, despachos y oficinas reordenadas y adaptadas a la digitalización y las nuevas formas de trabajo híbridas, paneles fotovoltaicos en la cubierta y la fachada, y nuevas jardineras perimetrales. “El Concello se tiene que transformar en un lugar de encuentro y ocio en la ciudad”, resume el alcalde.

El presupuesto previsto roza los 11,3 millones de euros y la intención del gobierno local es, en colaboración con el COAG (Colegio Oficial de Arquitectos de Galicia), convocar dos concursos internacionales de arquitectura para las dos primeras de las cuatro fases –diferencia entre las tres plantas de base (fase 1) y la torre (fase 2)– y, así, decidir las propuestas definitivas para convertir el inmueble en un espacio “inteligente” y “neutro en carbono”. La puesta en marcha de este proceso para congregar ideas, según avanzan fuentes municipales, se producirá este año.

El cambio de traje se efectuará con cargo a fondos europeos: el equipo de Abel Caballero presenta ambos proyectos –aprobados esta semana en la Junta de Gobierno– al Programa de Impulso a la Rehabilitación de Edificios Públicos, del Ministerio de Transportes y Agenda Urbana. Está dotado con 600 millones destinados a la regeneración de sedes consistoriales, centros escolares, sanitarios o deportivos de las entidades locales y persigue reducir al menos un 30% el consumo de energía primaria no renovable, meta que se establece el gobierno olívico con este proyecto.

  • Sala de nuevos usos públicos en la torre del edificio

  • Espacios polivalentes de uso público en la torre del complejo

Las dos intervenciones aspiran a lograr 6 millones de euros para financiar las obras: se cubriría algo menos de la mitad del coste total de los trabajos con dinero procedente de Bruselas. Las actuaciones que se lleven a cabo se determinarán en esos concursos internacionales, por lo que las imágenes utilizadas en este reportaje son aproximaciones que reflejan la voluntad del Concello. Eso sí, transparentan el ADN del proyecto, que se cimienta en la accesibilidad y la renovación del edificio, que sufre problemas de estanqueidad y aislamiento, humedades, goteras visibles ya en el acceso y carencias en las canalizaciones y la instalación eléctrica.

Para dirigir la transformación del edificio, el Concello de Vigo ha elaborado un Plan Director que divide la intervención en cuatro fases con el objetivo de hacer compatible las obras con el mantenimiento de su función de servicio público. La primera –4,6 millones–, que se corresponde con la base, contempla la instalación de un sistema de reutilización de aguas pluviales, doble vidriado hermético y captadores solares, la mejora de la envolvente térmica en cubierta y fachadas, cubiertas ajardinadas, la recuperación de las jardineras y la reorganización funcional interior.

  • Lonja de acceso al edificio del Concello, con zonas ajardinadas

  • Terraza-mirador con vistas a la ría y zonas de descanso

La segunda –4,7 millones–, centrada en la torre, incluye la corrección de la esbeltez de esta parte del edificio, la colocación de paneles fotovoltaicos tanto en la cubierta como en la fachada, una envolvente interior aislante y otra exterior tecnológica y de protección ambiental –con captación solar y absorción acústica y de CO2–, nuevas carpinterías eficientes, espacios polivalentes de uso público, un sistema de redistribución del agua de la lluvia, doble vidriado hermético, parasoles en la fachada, un sistema de control de la temperatura y ahorro energético y la recuperación de la terraza para uso ciudadano, que tendrá suelo permeable y absorbente, y se conectará con la parte baja de la torre con un ascensor: el gobierno local tiene en mente que sea panorámico –es decir, acristalado, con vistas–, de acceso libre –igual que los elevadores que forman parte del proyecto Vigo Vertical– y se instale en una de las fachadas del edificio. A su vez, se pretende habilitar el último piso para uso ciudadano: podría ser una cafetería, por ejemplo.

Este proyecto de transformación de la casa de los vigueses se enmarca dentro un proceso de regeneración urbana más amplio que incluye la recuperación e integración de La Panificadora, la reordenación del tráfico y la creación de nuevas zonas verdes que conecten el Barrio do Cura, la Praza do Rei, la falda del monte de O Castro y el Casco Vello. El Concello también prevé la humanización del Paseo de Granada, que sumará una rampa mecánica para conectar las escaleras entre Porta do Sol y Segunda República con la rotonda del Bicentenario.

  • Puesto de atención accesible en la lonja de acceso

  • Envolvente exterior de la torre, con materiales capaces de absorber tanto el dióxido de carbono como la contaminación acústica

El Plan Moneo

La transformación de la casa consistorial ya se puso encima de la mesa hace más de un decenio con el Plan Moneo, en alusión al arquitecto Rafael Moneo: proponía eliminar la torre actual, elevar la plaza entre cinco y seis metros hasta situarla a la altura del paseo de Camelias y construir un único edificio administrativo de unos 19.000 metros cuadrados de superficie que estaría ubicado en un lateral del recinto, donde se encuentran actualmente las dependencias de la Gerencia Municipal de Urbanismo.

Recreación del nuevo complejo municipal de As Travesas.

Un centro de agua y bienestar moderno, eficiente y accesible

El edificio de piscinas de As Travesas –el complejo municipal del Carmen– mudará su huella dactilar para convertirse en un centro de agua y bienestar eficiente energéticamente, moderno y accesible. El Concello vigués ya se ha puesto manos a la obra para dar este paso. Presentará el proyecto al Ministerio de Transportes y Agenda Urbana para recibir fondos europeos a través del Programa de Impulso a la Rehabilitación de Edificios Públicos: 3 millones de los casi 5 que costará la obra.

El gobierno municipal acometerá una reforma integral del recinto y de su entorno urbano: renovará las instalaciones –piscinas, spa, pistas de squash, solárium, vestuarios, etc.–, la distribución interior, las fachadas y las cubiertas y digitalizará los sistemas, instalaciones fotovoltaicas e iluminación con tecnología LED. “Será una piscina moderna y eficiente para el deporte”, avanza el alcalde vigués, Abel Caballero. Actualmente, esta dotación presenta severas deficiencias constructivas y funcionales que suponen un elevado coste energético, condicionan el mantenimiento y provocan que los espacios disponibles estén infrautilizados.

El Concello persigue, además de mejorar el servicio, lograr un ahorro de energía primaria no renovable superior al 30% por medio de la potenciación de energías limpias como fuente principal de abastecimiento (geotermia y solar con paneles fotovoltaicos).

Una segunda piel externa favorecerá la integración paisajística del edificio con la ayuda de elementos funcionales como jardineras, ascensores o demás instalaciones. El consumo del edificio será casi nulo tras este lavado de cara.

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