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El edificio vigués que nació huérfano pero con padrinos 'reales'

Cincuenta años después de su primera piedra, repasamos la historia del consistorio de la urbe olívica, un proyecto sin firma que levantó muchas críticas por un diseño que se mantendrá en su inminente reforma

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Medio siglo en el 'skyline' de Vigo: del Palacio Municipal al Concello. FDV

No habrá demolición como así se planteó hace algo más de una década, pero si se someterá a una reforma a fondo que lleva tiempo pidiendo a gritos. Y es que además de pasar por chapa y pintura, con todos los arreglos necesarios en su contenido y en su continente, fruto de las inclemencias de la climatología y el deterioro natural por el paso de los años, el edificio del Concello de Vigo integrará nuevos elementos en su estructura para modernizar un inmueble cuya primera piedra se colocó hace ahora 50 años.

Fue el 19 de abril de 1972 cuando se celebró este acto simbólico para la construcción de las nuevas dependencias municipales, que sustituirían al anterior consistorio ubicado en la Praza da Constitución. La antigua sede había sido construida en 1859 y, según Joaquín García Picher, primer regidor que habitó el nuevo edificio, sería destinada a acoger actos culturales.

Pero en ese primer día de obras, el que gobernaba en la ciudad era Antonio Ramilo, quien tomó la palabra para pronunciar un solemne discurso acorde a tan importante fecha: "Me permitiréis que comience estas breves palabras concluyendo que una amorosa idea nos ha congregado a los aquí presentes en este trascendental e histórico acto para la vida de la ciudad: la colocación de la primera piedra del futuro Palacio Municipal de Vigo".

Acto de colocación de la primera piedra del nuevo edificio consistorial y discurso del alcalde de Vigo, por entonces, Antonio Ramilo. FDV

Así se le designó al edificio público que durante su construcción haría fiel honor a su nombre, si aplicamos el refrán más popular que hace referencia a este tipo de residencias señoriales: "Las cosas de palacio, van despacio". Y es que las previsiones marcaron un plazo de tres años para su finalización, que se alargaría hasta los cinco.

También aumentó su financiación, que pasó de los 92 millones de pesetas iniciales a los más de 300 que acabaría costando. Circunstancias que se unieron al rechazo de la ciudadanía viguesa ante el que muchos consideraron un adefesio arquitectónico, cuyo proyecto ni siquiera se atrevieron a firmar. El autor del "hogar de todos los vigueses, símbolo de la unión vecinal, que la necesidad y vitalidad del municipio reclamaban desde hacía muchos años", como así lo definió el regidor vigués el día del inicio de las obras fue el Colegio de Arquitectos de Vigo, sin nombre ni apellidos en el documento oficial.

Además de considerar que el edificio rompía con la estética de la ciudad, también recibió críticas por su ubicación, al obligar a destruir parte de las murallas del castillo de San Sebastián.

Panorámica del lugar donde se construiría el edificio consistarial de Vigo, con las murallas de San Sebastián aún levantadas, en blanco y negro, y coloreada. FDV

Eso vino después de aquella histórica jornada que, según cuentan las crónicas de la época, amenizó una banda de música y contó con la presencia de multitud de autoridades.También se enterró una caja con ejemplares de los diarios locales, Faro de Vigo y El Pueblo Gallego, un volumen del Programa de Actuación Municipal, billetes de mil quinientas y cien pesetas, y monedas de cien, cincuenta, veinticinco, cinco y una peseta, una insignia del Real Club Celta, y actas de la ceremonia de la sesión plenaria en la que se acordó la construcción del Palacio Municipal. El arca fue introducida dentro de la primera piedra, y ésta a su vez, fue colocada en la fosa abierta a tal efecto, una maniobra que efectuó personalmente el alcalde de la ciudad, con la bendición del obispo de la diócesis, monseñor Delicado Baeza.

Están a punto de cumplirse 50 años de tal efeméride y el grueso del proyecto inicial sigue intacto en en este 2022, no en vano, Ramilo la presentaba entonces como un proyecto del siglo XXI. "Asistimos a este acto para legar a la posteridad el grato recuerdo de un edificio público (...) la nueva Casa Consistorial del Vigo 2000”, dijo. Y así se mantiene a tres años de este primer cuarto secular.

Padrinos de la Casa Real

Otra de las fechas que han quedado para el histórico de este edificio fue el día de su inauguración. Pero aquel 26 de julio de 1976, el Palacio Municipal de Vigo, con una superficie de 14.562 metros cuadrados y distribuido en dos sótanos, tres plantas y una torre de nueve alturas, aún no estaba terminado. No obstante, el acto se celebró con la presencia de los reyes de España, en la que fue su primera visita oficial a la ciudad olívica, tras su entronización como monarcas tras la muerte de Franco.

El rey Juan Carlos y la reina Sofía fueron los padrinos de las nuevas dependencias municipales viguesas, y el ahora emérito daba nombre a la plaza del consistorio, según un acuerdo municipal al que se había llegado pocos días antes. Sus majestades llegaron en helicóptero a la ciudad y aterrizaron en el Puerto. Desde allí, se trasladaron a la nueva casa consistorial, donde fueron recibidos por Joaquín García Picher, el alcalde. Allí, Juan Carlos I descubría el busto que aún luce a la entrada del edificio en la explanada de la plaza dedicada a su figura.

Busto del rey emérito que descubrió su protagonista cuando era monarca de España en 1976, en su primera visita oficial a la ciudad. CAMESELLE

El regidor municipal realizó un amplio discurso en el que incluso pronunció algunas palabras en gallego. El Rey Juan Carlos también se refirió a la necesidad de ayudar a la ciudad con más impulso y dinamismo de Galicia. Ambos pronunciaron las palabras ante más de 60.000 personas.

Después de su inauguración oficial, se aceleraron las obras para terminarlo. Pero hubo que esperar un año para que los funcionarios y el alcalde abandonaran el edificio en la Praza da Constitución.

Goteras, humedades y deterioro

"El deterioro es imparable y va a significar a partir de ahora un goteo continuo de gastos para poder mantenerlo y, aún así, en malas condiciones", aseguraba el alcalde, Abel Caballero, en el año 2010, cuando el Gobierno local destinaba una partida de 345.000 euros para subsanar humedades, filtraciones y "numerosas deficiencias que suponen un riesgo para los funcionarios y el público que accede diariamente al recinto", apuntaban los técnicos municipales. Antes de estos apaños, el edificio consistorial ya se había sometido a varias obras de reforma para subsanar los desperfectos que el paso del tiempo habían causado en el inmueble.

El frustrado proyecto de Moneo

Una de las iniciativas del regidor socialista, en su primer mandato al frente del Ayuntamiento, fue el derribo del polémico 'palacio' para construir uno nuevo. En 2008, aparecía en escena el afamado arquitecto Rafael Moneo, al que Abel Caballero había encargado un estudio para el nuevo proyecto. "Mi propuesta para la Praza do Rei es una transformación radical". Esto fue lo que expresó arquitecto tudelano cuando visitó la ciudad para mostrar los bocetos que le había solicitado el regidor para la la reforma integral de las dependencias municipales. La transformación iría desde la muralla del antiguo castillo de San Sebastián hasta la falda de O Castro, una "operación radical", que tendría poco que ver con la actual imagen del ámbito, hacia la que no ocultó su opinión muy desfavorable.

En concreto, el Premio Pritzker de arquitectura dejaba bastante claro que pensaba eliminar la torre consistorial, a pesar de no haberlo especificado de manera taxativa: "La sede administrativa es difícilmente aprovechable", evaluó. Esa visita se produjo en 2008. Un año después Moneo presentaba en Vigo su proyecto definitivo.

El actual edificio del Concello sería derribado, y en su lugar se construiría una enorme plaza pública, unida a la ladera del Monte de O Castro, creando una enorme zona ajardinada hasta el Castillo de San Sebastián. Tendría que elevarse la cota del entorno unos 5 ó 6 metros, y se crearía una gran plaza mirador que permitiese recuperar las vistas a la ría.

Maqueta y recreaciones del proyecto que Rafael Moneo presentó en 2009 para la reforma radical del consistorio vigués y su entorno. Rafael Moneo

El edificio consistorial tendría cuatro plantas con una superficie de casi 19.000 metros cuadrados. También una marquesina acristalada y un auditorio de 400 plazas. Albergaría también las dependencias de la Xerencia de Urbanismo.

Estas reformas eran solo una parte del plan millonario -nunca inferior a los 60 millones de euros- que acabaría en el fondo de un cajón, tras toparse de frente con la crisis de finales de la primera década del siglo XXI. Y eso, a pesar de que en el año 2010, la realidad de las continuas humedades y el mal estado de las instalaciones respaldaban la opción del derribo, y ya se barajaban tres propuestas de promotoras para presentar al arquitecto navarro.

LOS NUEVE MORADORES DEL NUEVO CONCELLO DE VIGO


El alcalde Antonio Ramilo, que presidió la colocación de la primera piedra del nuevo consistorio no se llegó a sentar en el despacho de la alcaldía, cuyo primer residente sería el regidor de la transición, Joaquín García Picher, teniente de alcalde en la legislatura de Ramilo. El sillón consistorial lo ocuparon hasta hoy ocho personas más, dos de ellas mujeres:

  • 1974-1978, Joaquín García Picher, economista vigués.
  • 1978-1979, Enma González Bermello, ourensana.
  • 1979-1991, Manoel Soto, viajante de comercio, ourensano. PSOE.
  • 1991-1995, Carlos Príncipe, pediatra vigués. PSOE.
  • 1995-1999, Manuel Pérez, inspector de trabajo, natural de Sober. PP.
  • 1999-2003, Lois Pérez Castrillo, profesor vigués. BNG.
  • 2003, Ventura Pérez Mariño, juez vigués. PSOE.
  • 2003-2007, Corina Porro, enfermera natural de Ferrol. PP.
  • Desde 2007, Abel Caballero, economista natural de Ponteareas. PSOE.
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Los moradores de la alcaldía de Vigo FDV

12 años después

De nuevo el paso del tiempo ha hecho mella en el consistorio vigués. No habrá más parches, pero tampoco piqueta. Será una reforma que si bien mantendrá la estructura actual, pretende terminar con todos los males que padece el edificio.

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“Lifting” a fondo para mejorar el aislamiento del edificio municipal Ricardo Grobas

El Concello tiene sobre la mesa una ambiciosa propuesta para responder, a la vez, a todos los frentes pendientes en Praza do Rei, entre ellos solucionar los problemas de aislamiento y eficiencia energética de la actual sede consistorial

El paquete de actuaciones para este 'lifting' incorpora, a su vez, la reforma del vestíbulo –la lonja– y la apertura al público de los últimos pisos, donde se podría abrir una cafetería y un espacio pensado para que la gente se reúna. Esta gran reforma se efectuará por fases con cargo a fondos europeos, con un atractivo central en el proyecto, una pieza única en Vigo: un ascensor panorámico que permita subir más de 30 metros, hasta la terraza superior de la torre, espacio que también se adaptará para disfrute de los ciudadanos.

Así es el espectacular mirador a la Ría que prepara el Concello en su terraza

Así es el espectacular mirador a la Ría que prepara el Concello en su terraza Ricardo Grobas

Ese elevador acristalado conectará la plaza con la parte superior de la torre, donde se abrirá un mirador público de más de 100 metros cuadrados. Para este nuevo uso, el espacio deberá ser adaptado y será preciso retirar el tejado.

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