Los dos últimos años han sido, a todas luces, complicados. Tras la declaración de una pandemia sanitaria mundial en 2020 y cuando el mundo y los vigueses en particular empezaban a ver el final del desastre, en España comenzaron las alarmas por las continuas subidas de la electricidad que en los últimos meses se complementan con las crisis de suministros, la inflación y, en consecuencia, la incertidumbre.

En medio de este panorama navega la población, un poco a la deriva, buscando un puerto seguro que, en el caso de la calefacción se hace especialmente apremiante con la llegada del frío. “El 90% de la gente que entra por la puerta este año viene porque quiere retirar los radiadores eléctricos y buscan alternativas más económicas, como son las estufas de pellets”. Carlos Castro es el responsable de la tienda de Vapormatra en Vigo y asegura que si ya el año pasado se notó un aumento del interés por este opción de energética, este año las ventas son aún mayores. “El año pasado existía el miedo a que nos volviesen a encerrar, pero este año es por el caos energético. La gente busca alternativas”, indica Castro, con más de treinta años de experiencia en el sector.

En concreto, en esta histórica compañía viguesa hablan de incrementos del 40% en las ventas, para un producto que requiere una inversión mínima de unos 1.800 euros, pero que no gasta apenas electricidad. “Las estufas de pellets calientan mucho, consumen muy poco y se acabó el pánico”, indica Carlos Castro.

En los últimas semanas, con la bajada de las temperaturas, se amontonan las consultas tanto presenciales como telefónicas en las tiendas que venden las alternativas a las energías en red. “El 95% de los clientes se acaban llevando una estufa de pellets y un 5% aún apuesta por las estufas de leña, que tampoco es mala opción”, dice Castro.

“Todos los años tenemos muchas consultas a estas alturas, pero este año es algo exagerado”, explica desde Sapel Energías Renovables Alejandro Álvarez. “Como está subiendo tanto la luz, la gente pregunta tanto por las calderas de pellets como por los paneles solares porque quieren ahorrar costes”, añade el responsable de Sapel. Sin embargo, en su caso tanta consulta no se está traduciendo, al menos de momento, en incrementos de ventas, porque las crisis de los suministros también les está afectando mucho la hora de poder atender los encargos. “Cuando te llaman en plena ola de frío buscando una solución barata, es imposible atenderla. No hay stock, ni suministros”.

Los clientes preguntan por las posibilidades para ahorrar en la factura de la luz y muchos acaban persuadidos por estas nuevas chimeneas que muestran un fuego acogedor y calor tradicional por 20 céntimos la hora o unos 2,5 euros el día, estimando un uso medio diario de 8 horas.

Cada saco de un kilo de estos pequeños cilindros tiene un coste de unos 25 o 30 céntimos de euro, para una fuente energética natural, que debería ser siempre a base de serrín de maderas, sin aditivos. Dentro de estos tipos de serrín, los mejores sería los de maderas tropicales como el sapelly por su alto poder calorífico, indica desde Vampormatra.

Hay que tener en cuenta que no todo el mundo puede poner una estufa de pellets. En principio estaría pensada para viviendas unifamiliares porque requieren la instalación de una salida de humos. Sin embargo, hay comunidades que lo permiten, pero siempre habrá que consultarlo y pedir permiso a la comunidad de vecinos.