La dolorosa factura de la vuelta al cole de los vigueses

Pero el camino de la cuesta escolar no termina con los libros y complementos educativos. El vestuario suele traer de cabeza a los padres. La ropa de un niño preescolar es cosa seria: desde el calzado y calcetines a 60 euros al chandal de 30, la suma alcanza los 120 euros que puede variar en función del centro al que asistan. Hablamos pues, de precios medios. Coste total de material y vestuario, 334, 28 euros. En el caso de los alumnos de primaria, la factura puede alcanzar los 500.

Una clienta en la tienda Carlín (calle Urzáiz) compra material escolar. | HUGO BARREIRO

La pandemia trajo consigo algunos cambios inesperados para las familias que, acostumbrados a reciclar los uniformes, se han visto obligados a poner una lavadora diaria como medida de prevención, recomendada por los centros educativos. Una circunstancia que ha complicado mucho la vida a los progenitores desde el punto de vista económico: “Si antes llevaban uno o dos chandales o polos ahora se llevan tres”, apunta Roberto Rodríguez, gerente de Baby Hogar Infantil.

Es cierto que los colegios cuentan con bancos de ropa escolar y que la proliferación de intercambio o donación entre padres que tienen que echar números para que las cuentas cuadren han ayudado pero lo más habitual es que compren tanto la ropa como el material. Algunos colegios suprimieron alguna prenda –por ejemplo, el mandilón– como medida higiénica y para no tener que lavarlo todos los días y por el contrario, otros recomendaban hacerlo diariamente. Por lo tanto, el gasto en ropa escolar se incrementa. “Al llevar la ropa para casa, la ropa sufre más, no es lo mismo lavar un día a la semana que cinco”, añade Rodríguez.

En Baby Hogar Infantil están acostumbrados a gestionar la vuelta al cole de muchos niños cada año. No en vano surten los uniformes de ocho colegios de Vigo y aunque es prematuro hacer una estimación de la balanza de ingresos, han notado un fuerte ascenso tanto en el número de clientes como de ventas: “Podría decir que con respecto al año pasado, un 20% más”, destaca el gerente.

Sin duda, volver al colegio se convierte cada año en un duro recorrido no sólo por la recopilación interminable de material escolar y libros de texto de cada centro sino por el coste económico que supone. No suele ser plato de gusto en agosto sacar la calculadora y poner se a sumar. Librerías y papelerías de Vigo tienen todo a punto para los encargos de los más previsores y el flujo de ventas es desigual según el establecimiento: “No notamos cambio, incluso en pandemia las ventas fueron las mismas. La gente siguió encargando igual. Vamos al mismo ritmo que el año pasado”, señala Carlota Ríos, dependienta de la librería Carlín. Sin embargo, para la librería Gami, la perspectiva es muy distinta. Desde que los colegios han cogido la delantera en la venta de material en el propio centro, sus ventas han caído más de un 50%: “Tengo algún encargo, pero poca cosa. En mi caso, mucha de mi clientela tiene que comprar los libros en el propio colegio y aquí sólo vienen para el material, y existen algunos que incluso también lo venden”, añade su encargada.

Un buen ritmo que se extiende a papelerías y librerías que trabajan con la preparación de pedidos on-line: “Hasta hoy, hemos realizado alrededor de 60, aunque falta todavía mucho para que empiecen las clases, estamos en plena campaña”, apunta Javier Villar, dependiente de Folder Progreso.

La librería Carlín también registra hasta el momento 134 encargos de listas de libros con lo que “esperan que se sigan incrementando con el paso de los días”, comenta Carlota.