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Un curso con forma de incógnita

Alumnado en un colegio de O Deza. BERNABÉ/JAVIER LALÍN

Dentro de 26 días, las puertas de los colegios de Infantil, Primaria y Educación Especial de Galicia abren para comenzar el nuevo curso escolar. Si en el anterior, la incertidumbre era máxima por la pandemia, en este, la sombra prosigue. Expertos temen que el coronavirus encuentre en los niños sin vacunar su nuevo nicho (de mercado) avivado por la variante delta. Anpa y sindicatos de la Enseñanza piden a la Xunta bajar el ratio de escolares por aula para mantener la distancia entre mesas.

Lidia (nombre ficticio, quiere guardar el anonimato) es una madre viguesa cuyo hijo comienza en breve primero de Primaria. El pasado curso, ante el temor de que contrajese COVID, estuvo seis meses sin enviarlo a clase. Se amparó en que Educación Infantil no es obligatoria. Ante el comienzo del curso el 9 de septiembre, sus miedos no se disipan. Esta vez tendrá más difícil escapar a la denuncia de la Consellería de Educación si su retoño no acude a clase. “No sé qué hacer. ¿Y si enferma?”, se pregunta.

Desde asociaciones de madres y padres y sindicatos de profesores no están tranquilos ante el comienzo de las clases. La Consellería de Educación elimina para este curso el profesorado de refuerzo que había contratado en el anterior para lograr 25 alumnos por aula. Nada se sabe de medidores de CO2 ni tampoco de filtros de aire HEPA.

Como consecuencia, anpa y sindicatos recelan de que en las clases no se respete la distancia mínima de seguridad, que no se ventile lo suficiente y se disparen los contagios.

Sus temores tienen en cuenta las opiniones de científicos como Sonia Villapol (entrevista en FARO) indicando que “es probable que los escolares se infecten porque el nicho del COVID” esté en las personas no vacunadas; o la petición de Rafael Bengoa, exdirectivo de la OMS, en declaraciones a El País apuntando que “tenemos que hacer burbujas antidelta. Eso quiere decir, sí o sí, mascarillas en clase y patio. Sí o sí muchísima más ventilación, probablemente medidores de CO2 en colegios”.

Desde CCOO, la secretaria xeral de Ensino en Galicia, Luz López, señala que “tenemos mucho miedo de que las precauciones en el curso pasado no se tomen en este y haya ahora un exceso de confianza que nos lleve a un gran número de contagios y a suprimir la presencialidad de las clases que se mantuvo el año pasado. Por eso, le enviamos un toque de atención a la administración gallega”.

López está a favor de mantener el grueso de las medidas antiCOVID del curso anterior, reforzando con más personal para establecer turnos en los comedores escolares.

Desde CIG Ensino, Diego Boquete, tampoco está de acuerdo con que se vuelva a reagrupar a los escolares en grupos más grandes y que “se baje la guardia. Lo que pedimos es que se dote del profesorado necesario para mantener las mismas medidas del curso pasado”. “A más niños juntos, más posibilidad de contagios”, resume.

Boquete añade que “nosotros no somos ni epidemiólogos ni médicos. Se deben tomar todas las medidas necesarias. Si entre ellas está tener medidores de CO2, pues deberemos tenerlos. La mejor medida, repito, es que haya menos escolares en las aulas. Evita contagios. Espero que no tengamos una nueva ola de la pandemia pero la Consellería no está poniendo de su mano para evitarlo”.

Anpa y profesores temen el alza de positivos con el curso y que torne en virtual por “exceso de confianza” en las medidas

En el Sindicato Independente ANPE, Julio Díaz reconoce que están “bastante preocupados. Estamos detectando que en Galicia no va a haber refuerzo de profesorado cuando hay nueve autonomías que lo han anunciado. Estamos preocupados porque los expertos indican que esta variante es muy contagiosa entre la juventud. En otras comunidades, ya se está vacunando a jóvenes de doce años en adelante y aquí aún no se ha empezado. Las ratios van a ser elevadísimas”.

Entre las Anpa, recuerda Bertila Fernández de Foanpas que “el pasado año las comunidades educativa –profesores, personal no docente y anpa– hicieron un gran trabajo. No hubo grandes sustos”. Sin embargo, en este no hay tranquilidad sino “preocupación”.

Para este curso, añade que “hay inestabilidad en la pandemia y no sabes qué va a suceder. El protocolo para centros de la Consellería no se conocerá hasta finales de agosto. Necesitamos diálogo, diálogo, diálogo. Esperemos que se haga adaptado a las necesidades reales de la escuela. No nos gusta la medida de eliminar profesorado. Es el momento de bajar las ratios en las clases. Las aglomeraciones no son buenas para combatir la pandemia”. Como medida complementaria, aceptan la instalación de medidores de CO2 ya que las ventanas no pueden estar abiertas todo el tiempo”.

La profesora de Primaria en Ourense Isabel Blanco, por su parte, recuerda que en su centro compraron medidores de CO2. “Nos sirvieron para ver cómo funciona la ventilación. Sería ideal que hubiese en los colegios. Nosotros en algún momento con las ventanas abiertas nos dimos cuenta de que era preciso abrir las ventanas”, concluye.

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