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La espera por las pruebas de ADN en Vigo: hasta siete meses por la saturación del laboratorio central

Foto de archivo de las instalaciones de los forenses en el Hospital Nicolás Peña de Vigo. // Marta G. Brea

Cuando se produce una muerte violenta o una natural que precisa de una explicación científica entran en juego los forenses. En la sede viguesa del Imelga, concretamente en las instalaciones con las que cuenta en el Hospital Nicolás Peña, estos profesionales realizan las autopsias a los cadáveres y, cuando es necesario, el estudio macroscópico de órganos y vísceras, sobre todo del corazón y el encéfalo. Pero hay otro tipo de análisis clave que ya no se pueden hacer en la ciudad olívica. Se realizan en el centro de referencia, que en el caso de Galicia es el Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses de Madrid. El abanico es amplio, porque van desde los frecuentes estudios toxicológicos hasta los histopatológicos pasando por los criminalísticos. El problema es que la saturación de casos en este laboratorio central que atiende a varias comunidades autónomas, unido a la complejidad de ciertas pruebas, puede provocar una considerable demora en la recepción de los resultados. Un retraso que en el caso de las pruebas de ADN por ejemplo puede llegar a los seis o siete meses, a no ser que por las características del asunto se le de una tramitación urgente, lo que reduce considerablemente los plazos.

El Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses está integrado por tres centros de referencia en España que radican en Madrid, Barcelona y Sevilla. A Galicia le corresponde el laboratorio de la capital española y allí el Imelga de Vigo remite todas aquellas muestras recogidas de un cadáver en las que es procedente realizar análisis complementarios. Los estudios toxicológicos, para determinar si hay presencia de alcohol, medicamentos o drogas de abuso, se hacen en el 90% de las muertes a estudio. En este caso, el instituto madrileño no tiene gran demora. Lo normal es que los resultados estén en un plazo de menos de un mes o como mucho en mes y medio, aunque a raíz del COVID ahora tardan algo más.

En homicidios o agresiones sexuales

Los estudios de ADN, mientras, son de los más conocidos, pero no los más frecuentes. Los forenses de Vigo requieren estos análisis a Madrid en casos de homicidio/asesinato, en agresiones sexuales o en demandas civiles de paternidad, entre otros supuestos. Aquí la demora en recibir los resultados puede superar incluso el medio año, aunque en las causas con la catalogación de prioritarias esa espera puede recortarse a uno o dos meses. “El retraso obedece a que este laboratorio central está saturado por todos los casos que recibe y los medios son finitos; también hay que tener en cuenta que es un tipo de análisis y procesado complejo”, dicen las fuentes consultadas.

También acumulan una demora importante los análisis histopatológicos, en los que se estudian muestras de vísceras u órganos para la determinación de patologías en muertes naturales en las que es necesario indagar al producirse por ejemplo de forma súbita en personas jóvenes o de mediana edad sin antecedentes clínicos de enfermedades graves.

Otros análisis que dependen de Madrid son los criminalísticos. En este caso no hay tanto retraso en la recepción de los resultados. Pueden llegar en un plazo de dos o tres meses. Estos están indicados en las muertes violentas, para el estudio por ejemplo de las lesiones que presenta un cadáver.

El Instituto de Toxicología ya trata como prioritario el caso de Déborah

Las pruebas de ADN han saltado en las últimas semanas a la actualidad por el caso Déborah. Tras solicitarlo la familia y autorizarlo la jueza, el cuerpo de la joven viguesa fue exhumado para realizar una segunda autopsia, que sobre todo consistió en la recogida de muestras de las uñas para la búsqueda de restos de ADN y en el estudio de los restos óseos. En el caso del estudio genético, como es preceptivo, las muestras se remitieron al Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses de Madrid, que, según las fuentes consultadas, ya está tratando este caso de forma prioritaria dada la proximidad –en mayo de 2022– de la fecha de prescripción. El propio Imelga de Vigo informó al laboratorio central de las características del caso y de la urgencia que se necesita en la recepción de los resultados.

La familia de Déborah se refería esta semana en el cementerio de Pereiró –con motivo de la inhumación del cuerpo de la víctima una vez se completaron las pruebas forenses– a la necesidad de que se le dé prioridad a los resultados del ADN. “Demasiado años llevamos ya de incertidumbre”, señalaban. Estas pruebas que se practican en Madrid son claves de cara a esclarecer si en las uñas pudiese haber un perfil genético de otra persona que estuviese implicada en su muerte, algo viable en el caso, por ejemplo, de que la joven tratase de defenderse de un ataque. El informe pericial del médico forense contratado por la familia descarta la muerte súbita y apunta a un homicidio.

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