El comité clínico de la Consellería de Sanidade reunido ayer determinó las máximas restricciones en Mos después de que el municipio culminase unos días de ascenso continuado en la incidencia del virus. Y es que según los últimos datos, se han detectado 505 casos por cien mil habitantes los últimos catorce días, lo que ha llevado a las autoridades sanitarias a decidir aplicar esas máximas restricciones: cierre perimetral, clausura total de cafeterías y restaurantes y prohibición de las reuniones entre no convivientes. “Está claro que lo primero es la salud. Pero la hostelería nos preocupa muchísimo, un nuevo cierre para ellos es un palo muy duro”, aseguró ayer la alcaldesa, Nidia Arévalo, tras conocer la decisión del comité clínico.

No obstante, para determinar con una mayor exactitud la transmisión del virus en esta localidad, el Sergas organiza hoy un cribado masivo al que están convocados unos 5.000 mosenses asintomáticos. “Es un cribado necesario, tenemos que detectar cuanto antes a los asintomáticos”, añade la regidora de Mos.

Lo que está claro es que la situación del municipio preocupa, sobre todo porque el aumento de contagios está siendo provocado en parte por el brote en un centro educativo. Y es que en el cribado realizado el sábado en el instituto de Mos ya se han detectado 33 positivos. A este barrido acudieron 559 de los 734 alumnos y profesores convocados, el 76% del total.

Las máximas restricciones comenzarán a aplicarse en Mos a partir del sábado y de esta forma se convertirá en uno de los tres concellos gallegos, junto Lobios y A Pobra do Caramiñal, con cierre perimetral y de la hostelería.

Respecto a la situación en el resto del área sanitaria de Vigo, otro de los cambios que determinó el comité clínico fue subir al nivel medio de restricciones a Ponteareas, cuyos locales de hostelería tendrán que tener un aforo máximo del 50% en las terrazas y del 30% en su interior desde el sábado. En Cangas y Salceda, por su parte, los buenos datos epidemiológicos les permiten pasar al nivel medio-bajo.