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Vista panorámica de La Metalúrgica, con el tramo reformado durante las obras de la nueva sede de la Tesorería de la Seguridad Social y el resto del frente, apuntalado, precintado, sucio y lleno de pintadas.Ricardo Grobas

El abandono se enquista en La Metalúrgica

Vigo tiene una cuenta pendiente consigo misma, tan pospuesta como apremiante a nivel urbanístico, histórico e incluso sentimental: revitalizar los fósiles de su pasado fabril, los “esqueletos” de hormigón y acero que ha ido dejando por el camino a lo largo de su periplo industrial.

El desprendimiento de cascotes obliga al Concello a precintar parte de la fachada histórica y dirigirse a sus propietarios | El frente, protegido, se recuperó solo en parte con la Tesorería

De las ruinas de Grupo de Empresas Álvarez (GEA), repartidas por Cabral y Coruxo; a las fachadas de  La Artística y Bernardo Alfageme –huesos de cemento pelados bajo el sol– o La Panificadora, cuya recuperación están cocinando ya en los despachos Zona Franca y Concello. Entre todos, destaca por la peculiar situación a la que se ha visto relegada La Metalúrgica, en pleno García Barbón. Peculiar porque refleja bien las dos caras con las que se puede abordar el patrimonio. Y en el sentido más literal de la expresión, además. Su fachada está dividida en dos mitades. Más o menos de la confluencia con Rosalía de Castro en dirección Isaac Peral el frente se ha rehabilitado como parte del proyecto del Gobierno para instalar allí la nueva sede de la Tesorería de la Seguridad Social. En el resto, entre la glorieta de Rosalía y las torres Ifer, el frontal está olvidado, sucio, tapiado y tapizado de pintadas.

Una parte de la fachada está acordonada con una valla y un precinto que alertan del peligro

Desde hace días la mitad peor parada está además precintada por la Policía Local. A finales de abril los bomberos tuvieron que inspeccionar la construcción ante el riesgo de caída de cascotes. El Concello confirma que se registró un desprendimiento y que los técnicos de Urbanismo se han dirigido a sus propietarios –la parcela está en manos privadas– para reclamarles que actúen en la fachada. Poco después recibían un informe de un arquitecto contratado por los propios dueños. No es la primera vez que el Consistorio contacta con los responsables de la parcela, un páramo en mitad de la ciudad. En julio de 2019 la Gerencia de Urbanismo ya les exigió que reforzaran “de modo inmediato” la estructura, retirasen los desperfectos que pudiesen desprenderse y apuntalaran la edificación “donde exista un riesgo inminente de caída”. En el PXOM de 1993 –en vigor tras la caída hace cinco años del plan anterior, de 2008–, el inmueble figura en el Catálogo de Bienes Culturales con un nivel de protección estructural, y ya se advierte: su estado de conservación es “malo”.

La Metalúrgica, con el tramo reformado durante las obras de la nueva sede

Desde el Concello apuntan que se intentó incluir el solar bajo el paraguas de la Ordenación Provisional, el instrumento urbanístico que desbloqueó la situación jurídica de casi 50.000 dueños de parcelas. No pudo ser –alegan– a causa de la Xunta. Desde Urbanismo aseguran también que los dueños han consultado a la Dirección Xeral de Patrimonio sobre la posibilidad de instalar riostras a modo de contrafuerte, pero no tienen “constancia” de que fuera atendidos. Hace años, en 2014, la sociedad Ifer –promotora de las dos torres de García Barbón– llegó a impulsar un ambicioso proyecto que contemplaba levantar dos torres de 19 y 13 pisos en el solar, bloques con bajos comerciales que sumarían en total 120 viviendas y se planteaban para uso residencial y como oficinas. Su plan pasaba por incluir una zona verde de 2.400 metros cuadrados y la rehabilitación de 64 metros de fachada. El interés de la firma en el solar se remontaba a años atrás, al menos a 2010.

Una década después –y una caída de PXOM mediante–, buena parte de lo que en su día fue La Metalúrgica sigue abandonada. Se ha rehabilitado solo parte de la fachada, la que se incluyó en el proyecto de la Tesorería de la Seguridad Social. Tras cuatro años de trabajos y una inversión de 14 millones de euros, las obras se completaron a finales de 2019. Además de reformar parte del frontal original, se levantaron dos bloques nuevos.

  • Las obras de la Tesorería en La Metalúrgica finalizan tras casi 4 años y 14 millones de inversión
    El traslado de más de 200 trabajadores se prevé en verano de 2020

La fachada queda como vestigio de la fábrica diseñada por el ingeniero industrial José Barreras Massó en 1900 con un propósito claro: abastecer de envases de lata a la pujante industria conservera. A Massó se debe el tramo central de la edificación, que debió ampliarse a lo largo de los años siguientes. En 1917 dio un “estirón” de la mano de Jenaro de la Fuente Domínguez y dos décadas después, en 1938, volvió a crecer con otro de los grandes arquitectos del Vigo del XX: Francisco Castro. Su historia no siempre estuvo ligada a la industria. Llegó incluso a servir de cocheras para la policía.

Los arquitectos que cambiaron Vigo: Michel Pacewicz, Antonio Cominges, Francisco Castro-Pedro Alonso y Luis GutiérrezHilda Gómez | Alba Chao

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La vieja estación de trenes "regresa" a Urzáiz

Piedra a piedra, Vigo perdió en la década de 1980 una de sus joyas arquitectónicas más visitadas y transitadas: la antigua estación de ferrocarriles, construida a finales del siglo XIX en Urzáiz. Sus piezas se desmontaron como un “Mecano” y terminaron apiladas en una explanada fuera de la ciudad, en Redondela. Ahora, cerca de tres décadas después, y también piedra a piedra, aquella antigua fachada regresa a Urzáiz para integrarse en el entorno de Vialia. Los técnicos han empezado a ensamblar los bloques sobre la estructura de metal fijada en uno de los laterales de Praza da Estación. El Concello anunció ya a comienzos de 2019 su intención de recuperar la antigua fachada para que decore la nueva plaza. La estructura está catalogada como Bien de Interés Cultural.

Operarios levantan la estructura y las piedras de la vieja fachada del siglo XIX en Praza da Estación. | // P. HERNÁNDEZ

El frontal de la estación de finales del XIX no será la única pieza que gane la plaza. El Ayuntamiento ha anunciado también un elevador mecánico entre Praza da Estación y Urzáiz, lo que reforzará la accesibilidad del entorno y completará la gran infraestructura (“Halo”) con la que se conectará el entorno de García Barbón y el de Vía Norte. Las obras en la plazoleta avanzan a la par de las ejecutadas por Ceetrus en el propio complejo Vialia y por la Xunta en la estación de autobuses. El objetivo anunciado por ambas instituciones es que el primero (Vialia) se estrene ya en septiembre y el segundo (la terminal de autocares) antes de que finalice el año. Otra de las patas cruciales en el complejo intermodal que se está levantando en el entorno de Urzáiz son los nuevos accesos rodados con la ciudad y la AP-9, que quedará enlazada con un nuevo subterráneo. Durante una visita a Vigo a finales de marzo, la responsable de Adif, Isabel Pardo de Vera, explicó que estarían entre marzo y abril de 2022.

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