Cerró 2020 con 20 donantes, un 31% menos que el ejercicio anterior, tras hundirse un 80% en primavera y verano | Realizó la primera extracción a una persona con hepatitis C
En el primer trimestre de 2020, con solo quince días afectados por el confinamiento, hubo seis donantes. Desde entonces y hasta octubre solo se lograron cinco más. Es el acelerón de los tres últimos meses, con nueve, lo que permite recuperar la situación.
Las causas del descenso de la activad durante los seis primeros meses de la pandemia son variados. El doctor Lucas Lage apunta a que los centros trasplantadores –a los que se envían los órganos extraídos en Vigo– debían encaminar sus recursos, sobre todo, a la pandemia. “Si no tienes camas de postoperatorio para trasplantados, no puedes hacerlo”, ejemplifica.
Otro de los motivos que señala el intensivista es el parón en la vida social y la actividad exterior por el confinamiento domiciliario y el consecuente descenso de las personas con traumatismos craneoencefálicos, uno de los perfiles más habituales entre donantes.
También bajaron los pacientes que recurrían al hospital por accidentes cerebrovasculares. En el primer mes tras el primer estado de alarma se desplomaron un 40%. “No se llegó a una conclusión clara del motivo de esta disminución tan dramática”, indica el doctor Lage y explica que sospechan que, en ese segundo trimestre, “había muchos pacientes que aguantaban en casa y, seguramente, alargaban mucho su evolución”. Ahora ya han recuperado la actividad normal y el 80% de los 20 donantes fallecieron por esto. Su media de edad fue de 60 años y el mayor tenía 77 –no es el de mayor edad que ha donado en el área. Han tenido casos de 82 años–.
9 Negativas
En el primer trimestre, registraron seis. En el segundo y tercero, solo cinco. Y en el último, recuperó con nueve.
20 Donantes
Obtuvieron un total de 69 órganos que tuvieron como destinatarios a unas 65 personas –los pulmones se pueden trasplantar juntos–.
69 Órganos extraídos
Está estancada en los últimos años. El donante de mayor edad tenía 77. Otros años llegaron a 82 años.
60 años de edad media
Suponen el 31% de las entrevistas realizadas con las familias para plantear la donación.
“Los centros trasplantadores estaban al borde del colapso o colapsados en muchas partes de España”
Por la falta de recursos en los centros trasplantadores, también se subió “claramente el nivel de exigencia” con respecto a la calidad de los órganos. Por lo que se evitaba extraer un órgano si no había ninguno que pudiera asumir esta actividad. “Hubo algunos hospitales que solo realizaron los de los pacientes que estaban en una situación urgente”, señala y agrega: “Al final, era una cuestión de prioridades”.
De esos 20 donantes, el Chuvi obtuvo 69 órganos. Salvo los pulmones, en los que a veces se trasplantan los dos juntos, el resto suelen ir cada uno para un paciente, así que el doctor Lage calcula que habrán salvado 65 vidas.
El complejo vigués se estrenó con su primer donante con virus de hepatitis C activo –en 2019 se activó un nuevo protocolo nacional–, que permitió dos trasplantes renales y uno bipulmonar.
El 40% para fuera de Galicia
Dos de cada cinco de los órganos generados, se enviaron a hospitales de fuera de Galicia, cuando la media está en el 25%.
“Eso habla bastante bien del sistema de coordinación a nivel nacional”
Una de las cuestiones “llamativas” de la actividad de 2020 y que influyó en su freno es el aumento de las negativas de las familias a donar los órganos. Recibieron nueve rechazos a sus peticiones –que siempre se realizaron cara a cara, pese a las restricciones–, lo que supone un 31% del total. El año anterior, el Chuvi había registrado el mejor resultado de Galicia, con solo el 12% de denegaciones. El coordinador explica que esta subida se ha registrado en más centros a nivel nacional y es algo que están analizando para encontrar las causas.
En el complejo de Beade, tres rechazos fueron en vida. Otras tres no dieron una razón clara. “Sobre estos casos es en los que hay que seguir trabajando a nivel social, que la gente piense en esta opción antes de verse en esta tesitura y de estar medicado”, indica.
Lograron mantener el programa de cuidados a pacientes con un pronóstico neurológico y malo que ingresa en UCI solo para ser donantes. “Ha sido realmente difícil, pero por lo menos hemos podido dar esa oportunidad a la gente al final de su vida”, señala. Hay familias para los que es importante. “Cada vez más”. El 85% de los parientes quieren recibir luego una cata en la que les informa del destino de los órganos donados.