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Cuando en Vigo se jugaba como en ‘Gambito de Dama’

Manuel San Juan y Fernando Domínguez, ante un tablero de ajedrez, en las escaleras del antiguo Cine Tamberlick MARTA G. BREA

Tal día como hoy de hace 50 años, la portada y las páginas de este diario se hacían eco de la “gran jornada ajedrecística” vivida unas horas antes en As Travesas. Un total de 924 jóvenes de toda la provincia se enfrentaron en 4.162 partidas durante el último gran campeonato escolar celebrado en la ciudad. La elevada participación llegó a marcar un hito en España y Fernando Domínguez Bahamonde, alumno del Santa Irene se proclamó vencedor absoluto. Estaba a puno de cumplir los 17 y ese mismo año se alzaría como subcampeón infantil de España en los XXIII Juegos Escolares Nacionales disputados en Madrid.

Uno de los principales precursores y organizador de aquella competición fue el expresidente del Círculo Mercantil Manuel San Juan Medrano, por entonces directivo de la Federación Pontevedresa de Ajedrez. Cinco décadas después se propuso localizar a Fernando para celebrar la efeméride y, conseguido su objetivo, ambos comparten con FARO sus recuerdos de aquella época, reivindican la importancia de este juego de estrategia en la etapa escolar y lamentan que la ciudad no cuente hoy con un gran torneo.

Debajo, Fernando (a la izquierda) y su compañero del Santa Irene Julio Villot, disputando muy concentrados una partida en el torneo escolar de 1970 GOBAR

El éxito del campeonato de 1971 se cimentó en las dos ediciones previas, que reunieron a 175 y 314 escolares, respectivamente. Entre ellos había un futuro alcalde vigués, un rector y altos cargos de la industria o la banca de la ciudad. El torneo nacía en el curso 69-70 con vocación de consolidarse como cita imprescindible en el calendario escolar y contó con el patrocinio de la Caja de Ahorros Municipal de Vigo y el apoyo de los profesores de Educación Física y la Organización Juvenil Española (OJE).

Ya desde el primer año se puso en marcha la “Campaña del 0” para añadir un cuarto dígito a la cifra de participantes. “Seguramente lo hubiésemos logrado si llegamos a seguir. Después del 71 se celebraron algunos torneos más pequeños en Vigo, pero es preciso el apoyo por parte de las autoridades a la personas que intentan organizar cosas de forma voluntaria”, destaca San Juan.

Él sigue defendiendo que la práctica del ajedrez, tal y como escribía en un artículo publicado en la revista de la Escuela Técnica Vigo en el 87, fomenta la capacidad de análisis, estudio y comprensión de los escolares, además de resultar “noblemente competitiva, entretenida y económica”.

Manuel San Juan y Fernando Domínguez, ante un tablero de ajedrez, en las escaleras del antiguo Cine Tamberlick Marta G. Brea

Hace 50 años, los colegios parecían tener más presentes estos beneficios que en la actualidad y la elevada participación en el concurso obligó a trasladar las partidas desde el salón regio del Círculo Mercantil, que presidía en esa época Camilo Veiga, al pabellón de As Travesas. El departamento informático de la Caja de Ahorros permitió hacer los emparejamientos, una tarea que hubiese resultado inalcanzable de forma manual.

“Las partidas tienen que ser igualadas y tuvo mucho mérito organizar un campeonato así hace 50 años. Hay que valorar lo que hizo San Juan en ese momento”, aplaude Fernando Domínguez, que también había sido el ganador absoluto del torneo de 1970. Curiosamente, en ambas ediciones el subcampeón fue Julio Villot Cameselle, que también era alumno del Santa Irene.

  • “Fomenta la capacidad de análisis estudio y comprensión de los escolares”

    Manuel San Juan - Organizador

“Teníamos un equipo bueno en el instituto y había cierta rivalidad, sí”, admite entre risas el campeón, que se alzó con la competición del 71 tras ganar 12 partidas y ceder un solo empate.

Fernando nació en la plaza de la Independencia, “cuando eran campos de maíz”, y descubrió el ajedrez en el local de la Sociedad Coral Viguesa en Camelias. Primero, como observador y, después, como jugador sobre el tablero. Su curiosidad e interés le llevaron hasta los salones del Mercantil y cuando le permitieron demostrar sus habilidades llamó la atención y entonces se puso en marcha su “fichaje”.

  • “Era todo mi mundo. Me despertaba de madrugada para reproducir las partidas mentalmente”

    Fernando Domínguez - Ganador absoluto

“Emilio Freijeiro, que pertenecía a la Federación, se fue a la tienda que mi padre tenía en la calle Loriga para que se hiciese socio, sin tener que pagar, para que yo pudiese jugar. Y allí me quedé”, relata.

Tras ganar el torneo de Vigo, la Federación gallega envío a Fernando a varios campeonatos de España infantiles y juveniles. La que poco después se convertiría en su mujer, Nones, recuerda entre risas cómo se quedó impresionada cuándo, durante la visita de un gran maestro al Mercantil, todos le buscaban a un sitio a la joven promesa. “Pensé que tenía que ser listo”, reconoce divertida.

“El ajedrez llegó a ser mi obsesión. Entre los 14 y los 18 años era todo mi mundo. Aprobaba, pero no me importaba sacar buena nota. Solo las tuve siempre altas en Matemáticas”, admite Fernando, que ahora ha disfrutado con la exitosa “Gambito de Dama”, la serie de Netflix que ha logrado volver a poner de moda el interés y la práctica del ajedrez.

“Te puede enganchar fácilmente. Después de las partidas me despertaba a las 4 de la mañana y empezaba a reproducir en mi cabeza cómo había jugado y lo que tenía que haber hecho sobre el tablero. Es un juego de secuenciación lógica y te acuerdas de todo. También jugaba a ciegas con amigos durante esa época. A la protagonista de la serie [Beth Harmon] el ajedrez le da una vía de escape para canalizar su vida y llegar muy lejos. Pero no es bueno obsesionarse. Hay cosas importantes para tu vida y para tu futuro y otras accesorias. Yo veía el mundo como si estuviese dividido en blancas y negras, como un tablero. Me faltaba empatía y sensibilidad y eso me lo dio mi mujer. Ella ha sido una compañera muy importante en la vida”, reconoce agradecido y emocionado.

Nones le animó a estudiar Magisterio como ella y le ayudó a reconducir su vida: “En COU quería irme a estudiar Medicina pero mis padres no podían pagarme la carrera. Me desilusioné y suspendí algunas asignaturas. Entonces me fui a la mili, recuperé las materias y empecé la carrera. Todo gracias a ella”.

Fernando se tituló como profesor de Matemáticas y después realizó la especialidad de Educación Especial (Pedagogía Terapéutica). Y el ajedrez siempre le acompañó durante sus 36 de años “de servicio” en la educación. Ejerció en varios centros de Vigo y Cangas a lo largo de su carrera y puso en marcha campeonatos para alumnos y profesores. Se jubiló hace 6 años en el IES Alexandre Bóveda, donde entrenaba a los equipos que competían en el Rebumbio Matemático, una competición autonómica que ganaron en varias ediciones.

Una asignatura más

“El ajedrez debería ser una asignatura más como ya ocurre en otros países. Y para los alumnos con TDA y TDAH es muy bueno porque les ayuda a centrarse. Es muy bueno para potenciar el cálculo mental y el pensamiento lógico”, defiende.

Debido a su experiencia personal, Fernando dejó a sus dos hijas que decidiesen por ellas mismas si querían jugar al ajedrez. “No pretendía que fuesen aficionadas ni profesionales porque me parecía que a mí me había quitado mucho tiempo. Es bueno que de joven siempre estés tutelado por alguien”, opina en coincidencia con Manuel San Juan. “Hay que tomarlo como medio, no como fin”, apostilla este último.

Y con esta filosofía ambos siguen disfrutando de las partidas de ajedrez. “Tengo 86 años bien llevados porque siempre hice ejercicio y tuve muchas actividades. Llené mi vida. Y hoy en día sigo jugando a un nivel bastante bueno. Hace poco un funcionario de la Universidad con el que jugaba se sorprendía de que estuviese tan lúcido”, comenta entre risas San Juan.

A Fernando la pandemia le ha dejado sin las habituales partidas en la cafetería Séneca de López Mora. “El tiempo pasa volando mientras juegas y podíamos estar desde las cuatro hasta las ocho de la tarde. Y es tanta la concentración que llegas a casa rojo. Es muy importante para los jubilados ejercitar la mente. El ajedrez y la música son fundamentales. Ojalá podamos recuperarlas. Pasar la tarde frente a un amigo y contrincante es estupendo”.

El certamen escolar, noticia de portada

La guerra civil de Laos abría la portada de FARO del 21 de febrero de 1971, pero también ocupaba un hueco destacado el campeonato escolar de ajedrez. Ya en las páginas de deportes, el periódico daba buena cuenta de la jornada en As Travesas con fotos de Siorty que mostraban a los escolares sobre la pista del pabellón.

El alcalde Antonio Ramilo y Julio Fernández Gayoso, con los escolares, en As Travesas

El alcalde anima a los participantes

El alcalde Antonio Ramilo, acompañado por el director de la Caja de Ahorros, Julio Fernández Gayoso, se desplazó al pabellón para presenciar las partidas y charlar con algunos de los participantes y los miembros de la organización. Días después, al auditorio de la Caja acogió la entrega de premios.

Desarrollo de las partidas sobre la pista central

Escolares de centros de toda la provincia

As Travesas reunió a 692 escolares vigueses y a otros 232 del resto de la provincia. Los tres ganadores absolutos eran alumnos del Santa Irene: Fernando Domínguez, Julio Villot y Sebastián Armenter. Y en la categoría de alevines y juveniles el campeón fue Carlos Olbes Durán, del Instituto de Pontevedra, mientras que Auburg, del Santa Irene, se proclamó subcampeón.

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