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Maia, nueve días de vida y con COVID en el Cunqueiro

Maia Caetana junto a sus padres Agustín y Yasmina FDV

“Te planteas que te puedes contagiar en otro momento, pero no justo cuando acaba de nacer tu hija”, cuenta Agustín Lomba. Eso fue lo que les sucedió a él y a su mujer, Yasmina Alexandra, con su primer bebé. Maia Caetana llegó a mundo el martes 26 de enero. En la PCR que el Álvaro Cunqueiro realiza a todas las parturientas, su madre, Yasmina Alexandra, dio negativo. El viernes les dieron el alta y se fueron al piso en el que viven en O Rosal a disfrutar de la pequeña, con sus abuelos paternos. Pero, en menos de una semana, tuvieron que regresar al hospital con ella por fiebre alta. Dio positivo en coronavirus. Con nueve días, es la ingresada más joven en la red del Sergas por esta infección y la única neonata, hasta el momento en el complejo de Beade. Los cinco miembros de la familia están contagiados y el Sergas informa que son sospechas de variante británica. “Ojalá no haya más casos como el nuestro”, ruega Lomba.

La PCR de Alexandra fue negativa antes del parto y Agustín no mostraba síntomas. Tras salir del hospital, con una tan pequeña, las medidas de restricción y días muy lluviosos, su contacto con el exterior fue mínimo. No saben dónde se contagiaron, pero tienen varias hipótesis: el día del alta en el Cunqueiro, en una visita al centro de salud o al realizar algún recado.

“El personal del hospital está día y noche pendiente de nosotros”

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Los síntomas comenzaron el martes 2 en los adultos. “Nosotros empezamos a sentirnos cansados y mi padre tenía tos”, recuerda Agustín. A la niña le subió la temperatura al día siguiente. No mucho. Solo tenía febrícula y en el centro de salud no le dieron excesiva importancia. Luego empezó a quejarse del estómago y lo atribuyeron a los habituales gases de los bebés. Cuando el jueves ya le subió mucho la fiebre, hasta 39 grados, salieron rápidamente a las Urgencias del Álvaro Cunqueiro. “No nos imaginábamos esta posibilidad porque habíamos leído que los cólicos también pueden dar fiebre y el día anterior le habían hecho los pendientes en el centro de salud. Apuntaba hacia otro lado”, detalla.

Así que, cuando su mujer le dio la noticia –él no pudo acceder a Urgencias por las medidas de prevención frente al COVID que solo permiten un acompañante–, el “shock” fue grande. “No sabes qué va a pasar”, describe.

Habían dado positivo las dos, así que a Agustín estaba convencido de que también estarían contagiados él y sus padres, españoles afincados en la República Dominicana que habían venido para no perderse el nacimiento. Para acelerar las cosas, el viernes por la mañana se fueron a hacer una PCR al laboratorio de Vithas Fátima, donde les confirmaron su contagio esa misma noche. Las pruebas PCR buscan diferentes genes para confirmar la presencia del SARS-CoV-2 en el organismo. La máquina que tienen en Vithas –Thermo Fisher– busca tres. Cuando da positivo en dos, pero “indeterminado” en el S, con bastante seguridad, se trata de la cepa británica, según los estudios que se han realizado. Fue lo que sucedió con estas tres muestras y el servicio dirigido por el doctor Tomás Camacho comunicó esta información al Sergas, que sospecha que también tienen esta mutación madre e hija.

La pequeña Maia Caetana.

Ambas están ingresadas en una habitación con presión negativa, con un sistema de doble puerta. La madre, con síntomas leves –tos y pérdida de gusto y olfato–, para cuidar del bebé, a la que da el pecho. Maia ya no tiene fiebre desde hace tres días. Aunque también le ha dado diarrea, mejora en este síntoma y evoluciona bien. Los pediatras les trasladaron ayer la posibilidad de que les dieran el alta hoy.

Pesó 3,7 kilos al nacer y ya supera los 4. El padre bromea con que “tenía buenas reservas” para enfrentarse a la infección, que le ha restado fuerzas a la hora de comer. “Se cansaba al mamar y hacía las tomas más cortas, lo que lo hizo más difícil para mi mujer porque no podía dormir demasiado”, detalla.

Yasmina “sufre mucho” al ver pasar a su hija por tantas pruebas. “Desde el primer día le hicieron muchas: cultivos, analíticas, le vieron los pulmones...”. También vigilan de cerca a Yasmina, al estar en la dura etapa de recuperación postparto. “Ella está siendo superfuerte. Aunque la están tratando muy bien, es un proceso muy difícil”, destaca Agustín. Agradece mucho la atención del personal del Álvaro Cunqueiro. “Lleva un año con mucho estrés y trabajo y aún así siguen estando día y noche pendiente de todos nosotros”, alaba.

El resto de la familia está “mejorando”, aunque más lento de lo que les gustaría. Los principales síntomas en sus padres, de entre 66 y 61 años ha sido la tos y el cansancio. Los cinco tienen unas ganas enormes de reencontrarse y abrazarse.

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