El descenso de tráfico en las carreteras de la provincia pontevedresa que se registró a raíz de las restricciones adoptadas para frenar la pandemia no se tradujo en una reducción de las víctimas mortales por accidente, que se mantuvo en 24, las mismas que en 2019. Precisamente, cabe resaltar que los peores meses para la siniestralidad vial en 2020 fueron aquellos en los que apenas hubo limitaciones por COVID-19 y el tráfico recuperó su intensidad habitual: el verano.

Según explicó la subdelegada del Gobierno, Maica Larriba, julio, agosto y septiembre suman la mayor parte de las víctimas mortales de este 2020, siendo especialmente malos los datos de julio. El mes que siguió al final del estado de alarma y la desescalada sumó casi un tercio de todos los fallecidos del año, un total de 7, además de 18 heridos graves y leves. El resto de las cifras sí que presentan una mejoría en cuanto a siniestralidad vial. Hubo un 27% menos de accidentes con heridos, con un 33% de lesionados leves y un 26% menos de heridos graves.

Larriba estuvo acompañado del capitán del subsector de la Guardia Civil de Tráfico, Antonio Pérez Piteira, quien subrayó que, pese a las restricciones, las cifras de fallecidos y heridos están actualmente en un punto en el que van a ser “difíciles de bajar”. Aún así, hizo una llamada de atención a evitar las distracciones y los excesos de velocidad, principales elementos presentes en los siniestros, junto con la irrupción de animales en la calzada.

Por otra parte, Larriba valoró el anuncio de Transportes de que se ordenó una inspección de la seguridad en toda la AP-9. “No tenemos nada que objetar”, explicó, “es algo que se venía haciendo y que se hace ahora a raíz de estas informaciones”, indicó. “Es algo que nos satisface”, concluyó.