En los hospitales viguesas, ayer por la mañana, sobre la posibilidad de un acuerdo entre España ay Portugal para la atención aquí de pacientes lusos con COVID, solo se sabía lo que recogía la prensa. Ninguna llamada o indicación les había llevado aún a trabajar en esa línea. De hecho, hasta ese momento, creían que si les enviaban infectados de fuera del territorio vigués, lo más probable era que llegasen de la provincia de A Coruña, donde está apretando más la presión asistencial.
El propio presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, apuntó esta posibilidad recientemente, indicando que se optaría antes por desvíos de pacientes de A Coruña, Santiago o Ourense a Beade que por la creación de hospitales de campaña allí. Ya es algo que está sucediendo en el ámbito sociosanitario. Política Social ha tenido que derivar tres usuarios de una residencia de Moeche, en el área sanitaria de Ferrol, al llenarse el geriátrico integrado para pacientes con COVID creado para la zona norte de la comunidad en Santiago, el Cegadi. Fueron enviados al que la Xunta ha habilitado para el sur en el centro Boullosa Pardo de Vera, de Bodia, en la viguesa calle Sagunto.
En Portugal, la peor situación se vive en la zona de Lisboa y el Tajo, desvíos que corresponderían con Extremadura. Pero esta también es una de las regiones españolas con peor incidencia. La mayor urgencia lusa es descongestionar sus saturadas unidades de críticos. ¿Y cómo están los hospitales vigueses para acogerlos? Por el momento, sí. Y hay capacidad para seguir creciendo. Pero se espera un incremento en UCI y, en el Sergas, ya se están reduciendo las cirugías a las prioritarias y pediátricas.
Álvaro Cunqueiro.
Vigo ha tenido la suerte de que la pandemia le cogiera con el nuevo hospital ya en funcionamiento y rodado. El complejo de Beade permite una capacidad de crecimiento en cuanto a camas convencionales y de críticos muy amplia. Lo que hay ahora reservado en planta para COVID –210 puestos– se podrían triplicar. Y en críticos, se puede crecer de las 30 camas existentes a las 75, ocupando las dos salas de Reanimación y la Unidad de Reanimación Postanestésica, gestionadas por Anestesia. Para la actividad esencial no COVID del hospital –urgencias, cesáreas...– se requerirían 25. Pero es que aún se podrían habilitar más espacios, en un extremo, en la sala de cirugía mayor ambulatoria pediátrica, en quirófanos...
Povisa y Vithas Fátima.
Si fuera necesario, el centro de Vía Norte podría dedicar todas sus camas –14 en planta y 14 en UCI– al coronavirus. Povisa no ha facilitado los datos de su capacidad máxima.
Personal.
El mayor problema es la falta de enfermeras. Desde hace tiempo, no hay ninguna disponible en listas de contratación. Habría que mover a los profesionales de otros sitios.
Material.
No sería ningún problema. El Chuvi ha recibido muchas donaciones de respiradores y monitores en la primera ola.
