Los laboratorios privados de la ciudad han visto cómo en los últimos días la demanda de pruebas PCR se ha disparado. El motivo es obvio: la Navidad está a la vuelta de la esquina y muchas personas quieren confirmar que no están infectadas antes de desplazarse para comer o cenar con sus familias. “Es un no parar, no puedo ni coger el teléfono”, aseguró ayer una empleada del laboratorio clínico Echevarne, ubicado en la calle Elduayen. Pero si la demanda ha aumentado en las últimas semanas, esperan un auténtico “aluvión” los días previos a la Nochebuena.
Ante tantas solicitudes, Povisa ha aumentado la maquinaria en su laboratorio para hacer pruebas de coronavirus y ha habilitado un sistema online para pedir cita a través de Internet. La directora de Enfermería del hospital privado, Cristina Serra, asegura que ya se están pidiendo citas para año nuevo e incluso para los días previos a la noche de Reyes. “En una semana hemos hecho prácticamente la mitad de las pruebas que desde el inicio de la pandemia”, explica la profesional. Y ya se ha detectado algún positivo entre personas asintomáticas que acudieron a hacerse la prueba para ver si estaban infectados y que ahora tienen que quedarse aislados con las navidades a la vuelta de la esquina.
Con el transcurso de la emergencia sanitaria, los distintos laboratorios han ido ajustando los precios de las pruebas PCR y muchos de ellos las han abaratado. En Povisa, por ejemplo, ahora la ofrecen por 120 euros y a los menores se la hacen a mitad de precio. El motivo principal es que han notado un incremento importante de la demanda de niños cuyos padres querían descartar que estuviesen infectados porque en el colegio se había registrado algún positivo. “Antes de dejarlos con sus abuelos, por ejemplo, quieren confirmar que sus hijos no hayan cogido el virus para evitar poder exponer a personas mayores a posibles contagios”, asegura Cristina Serra.
Pese a la elevadísima demanda de los últimos días, los laboratorios están intentando dar citas en menos de 24 horas si a la persona le urge. Y es que además de las pruebas que se están realizando en la actualidad ante la inminente llegada de la Navidad, la actividad privada también atiende otros perfiles que son muy habituales. Por ejemplo, el de personas que necesitan hacer viajes fuera de España y que los países de destino le reclaman una PCR negativa para permitir su entrada. También se están haciendo un importante volumen de pruebas a personas que tienen sospechas de haber estado en contacto con un positivo y que prefieren asegurarse de que no ha sido contagiado. Y, por último, el otro perfil más habitual es el de opositores que antes de presentarse a los exámenes, por ejemplo de Policía Nacional, necesitan saber que no tienen el virus.
En torno a un 70% de la actividad de los laboratorios privados de la ciudad en relación al COVID-19 son pruebas PCR. El resto son los famosos test serológicos, que indican la presencia de anticuerpos, y los de antígenos. En Povisa, por ejemplo, han habilitado tres circuitos diferentes para las pruebas: uno para personas que presentan algún síntoma, otro para los asintomáticos y otro específico para niños.