Los bloques de Fenosa ubicados casi al final de la Travesía de Vigo fueron protagonistas el jueves de una macrorredada policial para poner coto al trapicheo en estos laberínticos edificios. En definitiva, para combatir el tráfico de drogas, el único delito que se está manteniendo al alza en Vigo en tiempos de coronavirus. El último balance de criminalidad del Ministerio del Interior evidencia que mientras todas las demás conductas delictivas, en mayor o menor medida, han experimentado descensos, el menudeo de cocaína, heroína o hachís resiste. Buena prueba de ello son los casi 70 puntos negros detectados y desarticulados por la Policía Nacional a lo largo y ancho de la urbe en este 2020 que está a punto de concluir. La zona de Travesía de Vigo donde fue el espectacular operativo de esta semana, la cercana calle Aragón y otros puntos como A Doblada, Travesas, Florida y O Calvario destacan entre los lugares donde el trapicheo es más activo.
El coronavirus lo está condicionando todo. Y ha afectado de lleno a la delincuencia. El estricto confinamiento domiciliario de los primeros meses del estado de alarma, el toque de queda vigente en la actualidad, la mayor presencia policial en las calles y el cierre del ocio nocturno explican en parte el extraño escenario actual. El único delito que no ha descendido es el tráfico de drogas. Los pequeños traficantes, máxime si ellos mismos están enganchados a estas sustancias, se las han ingeniado para seguir con sus pases de papelinas en plena calle, en viviendas abandonadas o en portales de edificios.
La estadística del Ministerio del Interior desvela que de enero a septiembre hubo 65 casos de tráfico de drogas, idéntica cifra que en el mismo período de 2019. Pero el resto de delitos descienden sin excepción. En este 2020 no hubo afortunadamente ningún homicidio ni asesinato y las agresiones y peleas multitudinarias se desplomaron un 33%. Los hurtos también experimentaron una gran caída –de un 36%–, igual que las sustracciones en el interior de vehículos. Menor fue la bajada de los robos en domicilios –hubo 195, solo un 10% menos que hace un año–: en los últimos meses hubo un importante repunte de asaltos debido a la presencia en la ciudad y en el entorno de varias bandas itinerantes del Este.
El descenso, eso sí, fue mínimo en los delitos de abusos sexuales –que se dispararon en los últimos años– y en los casos de violencia de género. Pero el tráfico de drogas es el único delito que no disminuye. En muchos casos, como después se ve en los juicios que derivan de los arrestos, los traficantes venden papelinas con el único fin de sufragar su propia adicción. “Es debido a este enganche que, incluso durante los meses en que hubo las medidas más restrictivas por el coronavirus, estas personas se buscaban la vida para seguir vendiendo; es la única forma que tienen para conseguir dinero y continuar consumiendo”, cuentan fuentes policiales sobre este perfil.
Y hay otros casos del todo excepcionales, como el del taxista que acaba de ser condenado en Vigo por llevar cocaína a clientes durante el confinamiento. La defensa de este hombre alegó que cometió un error puntual, motivado por la necesidad económica que tenía.
Medio kilo de cocaína y hachís, 9.800 euros y armas: balance del macrooperativo de Travesía
Los tres detenidos en la macrorredada del jueves en los bloques de Fenosa de Travesía de Vigo pasaron ayer a disposición judicial. Pero la comparecencia en el Juzgado de Instrucción 5 de Vigo, en funciones de guardia, no pudo ser presencial, sino por videoconferencia desde comisaría. El motivo fue que uno de los arrestados dio positivo en coronavirus –al parecer, en su casa había familiares de corta edad contagiados–. En la Policía Nacional cuentan con una celda aislada para estos casos: según fuentes policiales y sindicales, no fue preciso poner en cuarentena a a ningún agente del operativo ya que no hubo contactos estrechos de riesgo durante la redada.
La jueza, según el TSXG, decretó la libertad provisional de los arrestados, a los que se investiga por delito contra la salud pública. Como balance de los registros realizados en dos pisos y un bajo de sendos bloques, la Policía Nacional se incautó de casi 500 gramos de hachís, algo más de 100 de cocaína –valorada en 13.000 euros– y varios gramos de heroína preparados en dosis para la venta. Junto a 9.800 euros en efectivo, los agentes también requisaron una escopeta con 12 cartuchos del calibre 22, una pistola –aparentemente de fogueo–, una catana y un puño americano. Y junto a básculas de precisión y otros útiles para la venta de estupefacientes, aprehendieron una docena de teléfonos móviles. Creen que algún terminal se usó como medio de pago de la droga.
