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Pablo Álvarez, ayer, en el Parador de BaionaR. Grobas

pablo álvarez | Nuevo presidente y director general de Almirall en EEUU

“Galicia puede ser un polo en biotecnología pero hay que eliminar barreras”

“Estoy muy contento de que Almirall haya pensado en mí para liderar las operaciones en el mercado farmacéutico más importante del mundo”

Tras una década en el mundo de la investigación que incluyó dos años en el prestigioso Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), Pablo Álvarez dio el salto a una carrera empresarial en la industria farmacéutica. Su dilatada trayectoria en este campo incluye cargos de responsabilidad en grandes multinacionales como GSK, BMS y AstraZeneca y un periplo vital por EE UU, China y Suiza. En verano de 2019 regresó a España tras su fichaje por la biofarmacéutica global Almirall, que opera de forma directa en 20 países y, a través de acuerdos, en casi 70. Durante este tiempo ha ejercido como director de operaciones comerciales en Reino Unido, Holanda, países nórdicos, Bélgica y Francia. Y, gracias a su amplia experiencia comercial internacional, la compañía lo acaba de nombrar presidente y director general de su filial en EE UU, Almirall LLC., la cuarta compañía del país en dermatología médica.

FICHA PERSONAL:
(Vigo. 1967) Doctor en Farmacia con premio extraordinario por la Complutense con especialidad en Microbiología. Realizó una estancia postdoctoral en el MIT y también ha cursado estudios de Administración y Dirección de Empresas en la escuela de negocios IESE Business School de la Universidad de Navarra.

–¿Cuáles son los principales retos de su nuevo puesto?

–EE UU es el mercado farmacéutico más importante del mundo y el reto será el de hacer crecer y consolidar allí la compañía. La presencia en el país es reciente, fruto de la adquisición de una cartera de productos de la firma Allergan en 2018, y hay que afianzarla. Almirall ha focalizado tradicionalmente sus operaciones en el territorio europeo. Y hace unos años apostó por EE UU y sigue haciéndolo porque es fundamental para cualquier compañía tener una presencia sólida en ese mercado. Estoy muy contento de que Almirall haya pensado en mí para liderar las operaciones en EE UU.

–Su experiencia en el sector farmacéutico de EE UU es de casi una década, ¿le apetece regresar?

–-Sí, lo conozco bien y culturalmente me siento cómodo. Dados los años que he vivido allí, es un país que entiendo. Y sí, me apetece regresar tanto en el plano personal como el profesional.

–¿Qué productos comercializa Almirall en EE UU?

–-La compañía se está focalizando en convertirse en una compañía líder en dermatología médica. Nuestro portfolio en EE UU es extenso, pero el producto más importante es un antibiótico innovador para el tratamiento del acné severo, Seysara® (sarecyclin). Y a lo largo de 2021 vamos a comercializar el principio activo tirbanibuline, un nuevo tratamiento para la queratosis actínica. Se trata de lesiones de la piel producidas por el sol y que suelen ser precancerígenas, por lo que es muy importante tratarlas a tiempo para evitar que se conviertan en cáncer de piel. Ambos son dos tratamientos con mucha innovación. La compañía ya comercializa otros productos en Europa en este campo como un anticuerpo monoclonal contra la psoriasis y prepara otros para la dermatitis atópica. Almirall se quiere convertir en un líder en dermatología médica y está haciendo una apuesta muy fuerte de investigación y desarrollo. Invertimos el 10% de nuestros ingresos netos en investigación y colaboraciones científicas. La sede en EE UU está en el área de Filadelfia y ampliaremos el equipo para hacer frente a la expansión.

–Su llegada a EE UU coincide con un cambio en la Casa Blanca, ¿puede tener alguna implicación en los planes de la empresa?

–En principio, los planes de Almirall no los condicionamos al hecho de que esté una administración u otra. Pueden generar un entorno más o menos favorable para la operación de la industria farmacéutica, pero eso está por ver y procuramos no depender de cambios en el entorno político.

–Finalmente, su regreso a España no ha sido definitivo.

–Yo honestamente también pensaba que me quedaría y ése era el plan primario familiar. Ahora mismo, la casa familiar está en Galicia. Pero a nivel profesional esta oportunidad es muy buena, merece la pena el esfuerzo y también ayuda a que los españoles seamos vistos con una capacidad de trabajar a nivel global y de tener impacto fuera de España.

Pablo Álvarez, ayer,en el Paradorde Baiona

–Es la primera vez que forma parte de una multinacional de origen español, ¿tiene un valor añadido para usted?

–Es un sentimiento especial. No me reclutaron por ser español, es una compañía global y en las oficinas centrales de Barcelona hay más de una decena de nacionalidades y trabajamos en inglés. Pero sí que produce una satisfacción adicional el ser el máximo representante en EE UU de una compañía de capital español que cotiza en el IBEX 35.

–La industria farmacéutica está más que nunca en el foco de atención pública por el desarrollo de vacunas contra el coronavirus. Y resurgen las críticas de quienes ven intereses ocultos y teorías de la conspiración.

–La realidad es que va a haber vacuna. Ahora mismo hay varias en fase III de desarrollo clínico y alguna llegará al mercado. Hay ensayos con más de 40.000 personas en todo el mundo, son cifras impresionantes. Esto es posible gracias a la maquinaria y la manera de operar de las grandes farmacéuticas. Nunca antes se había desarrollado a tal velocidad el conocimiento científico para una vacuna. Es algo histórico y dice mucho del nivel que tenemos en el mundo cuando se pone el foco y los recursos. La industria está actuando de manera responsable y yo creo que esto es muy bueno para que la sociedad entienda que hay un papel para todos y que es parte de la solución. Y gracias a su fortaleza, ha sido capaz de mantener el suministro de medicamentos durante la pandemia. Esto es también un testimonio de buen trabajo, saber hacer y de estar ahí cuando nos enfrentamos a situaciones complejas.

–¿Puede ser Galicia un polo en biotecnología?

–Sería más fácil una biotecnología aplicada a la industria pesquera tan importante que tenemos y a la alimentaria. La presencia de Zendal es un mérito grande. Cuantas más empresas atraes, más llegan y se retroalimentan. Es un bucle positivo. Pero también hay que crear un polo de talento. Sí se puede hacer, pero hay que eliminar barreras. Probablemente implique ceder terrenos y dar facilidades fiscales, pero no pensemos que en los otros sitios se hace de otra manera. A las empresas se las atrae con grandes atractivos fiscales y también es importante que las universidades del entorno sean de mucha calidad, generen investigación de excelencia y se puedan establecer colaboraciones científicas. Es todo un continuo, un 360º que hay que crear.

–¿Remontará la economía española esta crisis?

–Yo soy optimista por naturaleza. El impacto en la economía es muy serio, eso es incontestable, y espero que seamos capaces de remontar. Pero va a exigir mucha responsabilidad por parte de todos para sacar a España de la crisis con soluciones que vayan a los problemas estructurales, no medidas coyunturales,.

–A lo largo de su trayectoria internacional siempre ha hecho gala de sus orígenes.

–Dependiendo de dónde esté y del nivel de geografía de la otra persona siempre trato de explicarlo. Santiago de Compostela es muy socorrido porque todo el mundo sabe dónde está. Pero siempre explico que soy español y de una tierra fantástica llamada Galicia y de la que procede toda mi familia. Mis orígenes están en la parroquia de Louredo, en el municipio ourensano de Cortegada. Lo de viajar tanto no sé si tiene algo que ver con mis raíces o no, pero evidentemente tengo mucha facilidad para irme de un lugar a otro. En el fondo, me gusta.

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