Especialmente desde el inicio de la segunda oleada de la pandemia, el Punto de Atención Continuada (PAC) de Vigo está viviendo una situación especialmente complicada los fines de semana, cuando los centros de salud están cerrados. Y es que es en sábado y domingo cuando este servicio de urgencias extrahospitalarias que se ubica en el antiguo Hospital Xeral se ve obligado a centralizar toda la gestión de pruebas PCR relacionadas con Atención Primaria. Esto provoca que los médicos del PAC tengan que realizar una media de doscientas llamadas al día los fines de semana para comunicar resultados de test de coronavirus (especialmente las que son positivos pero también las que dan negativo), tramitar todos los casos que llegan de la central de contactos del Sergas y que tienen que comunicar también desde el PAC y realizar el seguimiento a distancia de los pacientes con coronavirus que están pasando la enfermedad en casa para seguir su evaluación. Todo ello se ha agravado aproximadamente desde mediados del mes de septiembre, cuando la segunda ola del virus empezó a cercar de nuevo el área sanitaria, y provocó que los médicos de este servicio de Urgencias se vean completamente desbordados y en muchos momentos al borde del colapso.
Por poner un poco en perspectiva, en el protocolo firmado en los años noventa para la gestión de los Puntos de Atención Continuada, se apuntaba a que lo ideal es que cada facultativo de estos servicios atiendan una media de treinta pacientes en cada guardia. Los fines de semana, especialmente en los últimos meses pero ya desde mucho antes, estas cifras se quedan muy atrás en el PAC vigués. Hay médicos que llegan a atender sesenta personas en una guardia y otros que incluso rozan el centenar los fines de semana y acaban extenuados su jornada. El hecho de tener que realizar esas llamadas agrava el problema, porque se suma a las atenciones presenciales (que van a más los sábados y domingos, especialmente de personas que llegan alarmadas pensando que podrían tener Covid), y las salidas a domicilio, sobre todo a pacientes crónicos que necesitan cuidados o emergencias que llegan desde el 061. Estas salidas a domicilio están entre las principales preocupaciones de los médicos y personal de enfermería del PAC, porque no saben lo que se van a encontrar al otro lado de la puerta y en muchos casos se encuentran situaciones complicadas, con personas sin mascarilla, familias aglomeradas y otras circunstancias difíciles a las que se tienen que enfrentar, exponiéndose en muchos casos al virus.
La gerencia del área sanitaria de Vigo ha tomado nota de este aumento del trabajo apuntado desde este servicio de urgencias y ha enviado refuerzos desde el pasado fin de semana en forma de personal, que se está dedicando a realizar esos centenares de llamadas relacionadas con la comunicación de pruebas PCR, comunicación de contactos o seguimiento clínico de pacientes.
Los profesionales sanitarios del PAC vigués han percibido los últimos fines de semana un hecho parcialmente curioso. Decenas de padres que llaman para pedir que le hagan la prueba PCR a su hijo por haber estado en contacto con un compañero de clase positivo porque nadie del Sergas se ha puesto en contacto con ellos. Este hecho, consideran los médicos del PAC, deja entrever que está habiendo errores en la central de seguimiento de contactos de la Consellería de Sanidade desde el inicio del curso educativo y se preguntan si existen esos rastreadores de los que habla el Sergas.
El alcalde de Vigo, por su parte, denuncia que la Xunta no ha contratado a ningún rastreador. “Lo sabemos”, apunta. Y vuelve a reclamar los datos epidemiológicos de la ciudad de Vigo.
