Una singular criatura deambula por las aguas de la ría de Vigo. Escurridiza y enigmática, al igual que el cachalote pigmeo que desde hace días se pasea por la dársena de Bouzas, en esta ocasión tampoco pertenece a una especie habitual de estas latitudes y mucho menos es frecuente avistarla en esta época fría del año.

Un grupo de buceadores se la encontró durante una inmersión esta mañana de domingo nadando sola, otra circunstancia extraña en el comportamiento de la medusa “Rhizostoma octopus”. Solitaria y hasta presumida ya que se dejó fotografiar y grabar durante varios minutos.

Una medusa gigante se pasea por la ría de Vigo Alicia Sobrino / Producciones Montana / Montañeros Celtas

Como muestran las imágenes tomadas en una zona poco profunda de Punta Lagoa, era un ejemplar de grandes dimensiones, “casi un metro de diámetro”, aseguran los buzos. De hecho este es el tamaño que llega a alcanzar una medusa bastante más conocida por su sobrenombre, “aguamala”.

Precisamente su apellido latino, “octopus”, se debe a los rasgos característicos de este escifozoo. A diferencia de esa variante de tentáculos que usan muchos de sus familiares para cazar a sus presas, la aguamala dispone de ocho brazos orales muy parecidos a los del pulpo.

Aunque no está considerada una especie peligrosa para el ser humano, los buceadores evitaron tocarla. Sabían que un mínimo roce con sus pegajosos filamentos podría acabar en horas de dolor por la quemazón. Así que el fascinante encuentro acabó con los buceadores maravillados y la aguamala desapareciendo en las profundidades.