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Aluvión de visitantes a la feria de Valença en el primer día de mascarilla obligatoria

Las restricciones impuestas por las autoridades portuguesas no frenan el fervor por el mercadillo fronterizo | La distancia de seguridad, inexistente en muchos momentos

Visitantes agolpados junto a un puesto de flores en la feria de Valença. | // MARTA G. BREA Marta G. Brea

Ayer entró en vigor la medida impuesta por las autoridades portuguesas de la obligatoriedad del uso de mascarilla en la vía pública en todo el país luso, que está inmerso en el estado de calamidad a causa de la pandemia. Eso podía hacer pensar que el tradicional mercadillo de Valença, la gran feria que se celebra todos los miércoles y que atrae a visitantes del norte de Portugal y de toda Galicia, podría verse resentida en cuanto a afluencia. Pero en absoluto. Es más, pese a que todos llevaban puesta mascarilla, en muchas ocasiones se pudieron apreciar aglomeraciones y la distancia social, por momentos, no se cumplía. El problema principal es que apenas hay espacio entre puesto y puesto, lo que provoca que los clientes lleguen a estar demasiado juntos. No parecía en absoluto una jornada marcada por el aumento de contagios, sino que se asimilaba más a un día normal de mercadillo previo a la pandemia más allá del uso de la mascarilla.

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Aluvión de visitantes a la feria de Valença en el primer día de mascarilla obligatoria

“Incluso estamos recibiendo a más personas de las habituales, y eso que llevo aquí ya treinta años vendiendo”, explica Carlos Queiroz, que comercializa una gran variedad de productos, especialmente utensilios de cocina, y que asegura que “el 90%” de sus clientes son españoles. Su afirmación, por lo que se pudo apreciar ayer, no es ninguna exageración. Y es que la mayoría de visitantes a la feria eran españoles, especialmente procedentes del sur de Galicia, sobre todo de los municipios transfronterizos (Tui, Tomiño, A Guarda...), pero también de ciudades como Vigo y Ourense. “Estamos recibiendo a los mismos clientes de siempre, no notamos en absoluto una bajada de facturación. Los españoles me vienen a comprar porque la fruta que vendo es de más calidad y más barata”, asegura Manuel Rolo, que mereció un tirón de orejas por atender a algunos clientes con la mascarilla puesta por debajo de la nariz.

“Los españoles vienen a comprarme fruta porque es de más calidad”

Manuel Rolo - Vendedor de fruta

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Manuel Rolo, vendedor de fruta Marta G. Brea

Es indudable que en la feria de Valença se pueden encontrar productos más baratos que en Galicia y algunos que incluso son complicados de encontrar en otro lugar. Era llamativo incluso ver a gente de diversos puntos de España, como Las Palmas, comprar los típicos bolsos de paja. “Esto en nuestra tierra no los hay, y además lo encontramos muy bien de precio, a solo 25 euros”, explica Guillermo, que vino a a pasar unos días a Galicia junto a su mujer y se quedan en casa de unos amigos de Tomiño.

“Sigo viniendo a comprar aquí las flores porque son más baratas”

Emilia Silva - Vecina de Budiño (Salceda)

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Emilia Silva, vecina de Budiño (Salceda) Marta G. Brea

Uno de los productos estrella de esta feria portuguesa son las plantas, que se pueden encontrar a unos precios mucho más bajos que en España. Precisamente en estos puestos es donde había una mayor afluencia de personas y se vieron varias aglomeraciones preocupantes. De ellas huía Emilia Silva, vecina de Budiño (Salceda), que acudió ayer a Valença a comprar unas flores tanto para casa como para ponerle a los nichos de sus seres queridos fallecidos. “Están a un precio mucho más bajo, me compensa venir, además estamos al lado, los portugueses son como nuestros hermanos. Aunque eso sí, ahora ya no vengo todas las semanas por miedo a la situación sanitaria que estamos viviendo”, afirmó.

“Nos gusta venir a pasar el día; la semana vinimos a adquirir mascarillas”

Mª Beatriz lorenzo y Virgilio pontes - Matrimonio de Vigo

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Mª Beatriz lorenzo y Virgilio Pontes, matrimonio de Vigo Marta G. Brea

Portugal restringe las entradas al país este fin de semana

Los extranjeros que quieran entrar en Portugal del 30 de octubre al 3 de noviembre solo lo podrán hacer por motivos laborales, de estudios o sanitarios. Así de claro lo dejó ayer el Ministro de Administración interna del país, Eduardo Cabrita. Las fronteras terrestres con España, por tanto, no se cerrarán, pero solo se podrá entrar en Portugal por alguno de esos tres motivos. Los no residentes en el país luso se exponen de esta forma a ser multados si no justifican que están allí por trabajo, estudios o alguna causa sanitaria. Se restringe, por tanto, la asistencia a las tradicionales ferias que se celebran en diversos municipios portugueses los fines de semana.

António Costa.

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