Portugal obliga desde este miércoles a usar la mascarilla por la calle, siempre que no se pueda mantener la distancia social aconsejada, para todas las personas mayores de diez años de edad. La normativa especifica que la visera no puede ser utilizada como alternativa a la máscara y establece multas de entre 100 y 500 euros por incumplimientos. La iniciativa fue apoyada por socialistas y PSD y CDS, los principales partidos de la derecha, mientras la izquierda optó por la abstención.

La medida ha sido publicada hoy en el Diario de la República de Portugal, mientras que a partir del próximo 30 de octubre y hasta las 6 horas del 3 de noviembre estará prohibido circular entre municipios lusos para limitar las reuniones durante el fin de semana de Todos los Santos.

En el último mes y medio, los contagios se han disparado en Portugal, especialmente en la región Norte y en la zona de Lisboa, mientras que ayer se registraron 3.299 nuevos positivos -el segundo peor día de la pandemia- y 28 muertes. La presión hospitalaria también ha aumentado de forma exponencial con un total de 1.747 pacientes covid ingresados en planta y 253 en cuidados intensivos.

Los hospitales de Portugal, preparados

Los hospitales portugueses empiezan a organizarse para afrontar la complicada próxima semana, en las que se calcula que podrán crecer un 80 % los hospitalizados y superarse el máximo de internados en cuidados intensivos de la primera ola. Con la presión hospitalaria en aumento algunos hospitales del área de Lisboa y en el norte, la zona más afectada por la expansión de la curva, empiezan a avisar de que habrá que tomar decisiones en próximos días.

En el hospital São João, el mayor del norte, el 40 % de las camas de cuidados intensivos ya está ocupada por pacientes de coronavirus y su responsable de Urgencias, Nelson Pereira, ha advertido que si la situación empeora las cirugías programadas tendrán que reajustarse e incluso no habrá sitio en UCI para otros pacientes. "Nuestra preocupación no es la fecha de hoy, que es extremadamente exigente. Lo que nos preocupa es mantenernos en una curva ascendente", ha explicado a medios locales. En este centro calculan que el 20 % de las cirugías programas podrían tener que suspenderse.

También desde el hospital de Amadora-Sintra, a las afueras de Lisboa, profesionales sanitarios empiezan a advertir a la prensa que la situación se acerca a límites complicados, y ya se buscan formas de liberar más camas esta misma semana.

La presión sobre estos centros concentra la preocupación en la segunda ola covid en Portugal, donde se espera que el número de pacientes hospitalizados por coronavirus aumente más del 80 % de aquí a la próxima semana, hasta superar los 3.000 ingresos el día 4 de noviembre, con 444 en cuidados intensivos. La previsión se basa en cálculos del Instituto Ricardo Jorge basados en la tendencia actual, explicó la ministra de Salud, Marta Temido, quien calificó la situación de "compleja y grave".