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Los otros pacientes afectados por el Covid-19

Asociaciones alertan de deterioros difíciles de revertir en sus usuarios por los efectos de la pandemia en la atención que reciben del Sergas

Terapia en las instalaciones de Afaga. // Ricardo Grobas

El SARS-CoV-2 no solo causa daño en algunas de las personas a las que infecta. También está afectando a pacientes con otras patologías que están sufriendo demoras en su atención, a las que se les han suspendido servicios o a los que se les está complicando el acceso a la asistencia. Los colectivos alertan que algunos de los deterioros que esta situación está provocando son difíciles de revertir.

En la Confederación Galega de Persoas con Discapacidade (Cogami), un colectivo que depende mucho del sistema sanitario, trabajan en la elaboración de una encuesta para recabar datos más objetivos sobre este problema entre sus usuarios. La coordinadora de su comisión sociosanitaria, Laura Quintas, cuenta que, durante el confinamiento se produjo "un retroceso muy importante" en personas que requieren rehabilitación de mantenimiento, como aquellas que han sufrido un ictus, para "que la poca movilidad que tienen no la pierdan". Este parón provocó en ellos "deterioros importantes y volver al punto de inicio va a costar". Indica que la rehabilitación es "lo primero que se frena" por el traslado de los usuarios en ambulancia colectiva.

Señala que "la situación actual es compleja" con la cancelación también de consultas de seguimiento. En ocasiones, sin ni siquiera darte una nueva cita. "Se están demorando mucho las pruebas y puede provocar retrasos en la detección de problemas", añade. Lo que sí han conseguido es que les mantengan la atención individualizada en los centros de personas discapacidad o a mayores, a pesar de que haya restricciones en el municipio.

En la Asociación de Familiares de Enfermos de Alzhéimer y otras demencias de Galicia (AFAGA) explican que el miedo del propio paciente a acudir a un centro sanitario ya ha provocado problemas, pero también el retraso de las citas o la paralización de planes, como el compromiso que había de extender el programa de detección de personas con demencia a todos los centros de salud. Por ahora, solo la mitad de los médicos de familia de Vigo pueden enviar las sospechas directamente al especialista del Chuvi dedicado a demencias. El resto, o la mandan a Neurología o la dejan en Primaria porque consideran que "no hay nada que hacer", cuenta su presidente, Juan Carlos Rodríguez. Por ello, considera que se está perdiendo en capacidad de diagnóstico y en seguimiento. "Las familias están muy preocupadas, el confinamiento ha aumentado el deterioro cognitivo y acelerado la dependencia", resume.

La gerente de la Asociación de Familias de Personas con Parálisis Cerebral (Apamp), Concepción Somoza, empieza destacando que la pandemia también les dejó algo bueno: "Por fin se puso en marcha la coordinación socio-sanitaria tan demandada". "Se nos asignó a la residencia un equipo de médicos, siempre disponibles, y una psiquiatra, para los que solo tenemos alabanzas", resalta.

La dificultad más grande la ve en Primaria, donde piden una coordinación similar, con un facultativo de referencia. Lamenta que el horario del centro de salud de Navia se haya reducido a la mañana, obligándoles a ir al PAC o al hospital por las tardes. Además, advierte de la dificultad de las consultas telefónicas con personas con parálisis cerebral en las que es difícil muchas veces reconocer la sintomatología, por lo que entiende que debería ser presencial. También lamenta que los facultativos son más reticentes a acudir a la residencia. Las tres asociaciones coinciden en pedir más medios personales para que Atención Primaria pueda prestar un mejor servicio.

También desde la Dirección de Doa Saúde Mental, Adalberto Iglesias, echan de menos la atención presencial en pacientes con patología psiquiátrica.

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