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La UVigo "dibuja" el ruido de la Ría

Un ingeniero crea una herramienta que genera mapas de los sonidos emitidos por los barcos - Sus resultados son claves para medir posibles impactos en la fauna y evaluar soluciones

Ruido subacuático (decibelios)

La directiva europea incluye el ruido submarino entre los indicadores del buen estado ambiental, pero España todavía no dispone de los datos necesarios para conocer la situación real y tomar las medidas oportunas. Frente a esta carencia, un investigador del centro AtlantTIC de la UVigo ha puesto a punto una herramienta para medir los distintos niveles registrados a lo largo de la Ría y que podría extrapolarse al resto de zonas costeras del país. Los resultados son además de gran interés para los estudios sobre el impacto de los sonidos generados por la actividad humana en los ecosistemas y para anticipar la efectividad de posibles soluciones.

"Es fácil esconder la contaminación del mar, sobre todo, la acústica, porque a nosotros no nos molesta. Pero es comparable al tráfico de los coches y, aunque hemos tardado en darnos cuenta, el ruido también afecta a la fauna. Lo interesante de esta aplicación es que elabora mapas del ruido en cada zona de la Ría de forma continua, detecta puntos calientes y aporta datos muy útiles para los biólogos. Es una solución que tiene un gran potencial", destaca el ingeniero de telecomunicación David Santos Domínguez, del grupo de Tecnologías Multimedia.

La herramienta ShipsEarMapping se basa en el sistema AIS, una especie de GPS que funciona por radio para que los barcos comuniquen su posición en todo momento, así como en los muestreos realizados en la Ría desde julio de 2018 hasta julio de 2019 que sirvieron para conocer el ruido generado por distintos tipos de embarcaciones y calibrar el programa.

La información de la posición y la velocidad de los barcos se recoge a través de una antena instalada en la calle Elduayen y, con estos datos, el sistema genera de forma automática los mapas del ruido en aguas someras de la Ría en cada momento. A día de hoy, los colores solo miden la intensidad, no determinan niveles máximos. "Todavía no hay unos umbrales definidos porque el primer paso es realizar las mediciones en toda la costa y eso no se ha hecho todavía en España. El rojo no indica necesariamente que se esté superando un límite", aclara Santos.

La herramienta constituye su tesis doctoral, que ha sido dirigida por la profesora Soledad Torres Guijarro, y permite obtener mapas detallados para distintas frecuencias por horas, días, meses, estaciones y años. Los puntos con mayor presión por decibelios coinciden con las rutas de más tráfico marítimo, tanto entre Vigo y O Morrazo, como en la entrada y salida de la Ría por el norte o por el sur.

"Los tráficos más importantes son los de barcos de pasajeros, pesqueros y cargueros. Y los niveles de ruido se concentran alrededor de los puertos y en la línea central de la Ría que distribuye el tránsito. Se nota que disminuye los fines de semana y en verano, pero el promedio está cerca durante todo el año", comenta David Santos.

El investigador también ha desarrollado para su tesis dos ejemplos de uso de la aplicación que evidencian sus posibilidades. Uno de ellos es el cálculo del promedio anual, necesario para comprobar los umbrales que establezcan las autoridades competentes, y el otro está relacionado con el posible impacto del ruido submarino en las zonas de bateas.

Estudios preliminares apuntan a la existencia de una afectación en los bivalvos y la herramienta sería de gran utilidad a la hora de mitigarla. Santos se centra en los barcos de pasajeros, cuyo tráfico es el predominante en estas áreas de la Ría, y estudia qué efectos tendría el uso de tacos amortiguadores en el motor y otros mecanismos de las embarcaciones. Las simulaciones arrojan una reducción del ruido de 6 y 10 decibelios en diferentes frecuencias, lo que podría eliminar esos posibles efectos nocivos sobre los mejillones.

"Es un ejemplo de la aplicación que pueden tener estos estudios. Por ejemplo, si se llega a la conclusión de que las bateas pueden ser más productivas si se reduce el ruido, esta herramienta permitiría evaluar posibles soluciones. En general, los barcos no están nada preparados para disminuir su impacto acústico. Todos los coches cuentan con silentblocks para amortiguar las vibraciones y evitar la generación de ruidos. Y apenas cuestan unos 30 euros", compara.

El ingeniero tiene previsto dar a conocer su herramienta a la Administración central por si en algún momento quisiese echar mano de ella para empezar a medir la contaminación acústica en el mar. También está interesado en colaborar con investigadores del ámbito marino de la propia Universidad de Vigo y de otros centros.

"Tengo en mente estudiar la afectación del ruido en los mejillones de las bateas y estaría bien trabajar con biólogos del Centro de Investigación Mariña (CIM) de la Universidad", plantea.

Los mapas desarrollados para su tesis doctoral están disponibles en una página web de libre acceso a igual que la base de datos ShipsEar, que contiene los sonidos submarinos producidos por las distintas embarcaciones que navegan por la Ría de Vigo. Las grabaciones recogen el ruido natural y el antropogénico y también se detalla la ubicación del equipo y las condiciones climáticas.

"Es muy útil para la comunidad científica porque apenas hay datos de este tipo. Ya hemos tenido más de un centenar de colaboraciones con investigadores de todo el mundo", revela Santos.

¿Podrían estar afectadas las bateas?

La aplicación desarrollada por el ingeniero David Santos "dibuja" el ruido generado por los barcos que navegan por la Ría en mapas como el que acompaña este artículo y que recoge el promedio del pasado otoño. La herramienta ofrece datos claves para determinar el impacto de la contaminación acústica en diferente especies marinas y el investigador se plantea colaborar con biólogos en el estudio de la posible afectación en el cultivo de mejillones en bateas.

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