Junto a la reabierta instrucción judicial en marcha, los familiares de Déborah y sus abogados han emprendido sus propias pesquisas paralelas para tratar de dar con cualquier pista que ayude a esclarecer lo que le ocurrió a esta joven viguesa en 2002, cuando, tras desaparecer de camino a su casa desde Samil, fue hallada muerta, desnuda y rodeada de pistas falsas a 40 kilómetros de allí, en O Rosal. Ayer era un día importante en el Juzgado de Instrucción 2 de Tui. Junto a la declaración de una testigo, se iba a proceder al clonado del disco duro clave del ordenador de la víctima por parte de la Guardia Civil y en presencia de dos informáticos forenses contratados por la familia. Pero dada la antigüedad del dispositivo y los problemas que ya presentaba en su día este modelo, no fue técnicamente posible. Hubo un "fallo fortuito" en el proceso, en palabras de estos peritos que viajaron desde Madrid. Pero la información que contiene el equipo no se perdió, por lo que ahora solicitarán a la jueza que autorice el traslado del disco duro a su laboratorio para que, con todas las garantías para preservar la investigación judicial y con medios avanzados, se haga allí el proceso de recuperación de datos y el "copiado" de la información que contiene. "De la que se ve y de la que no se ve", afirman.
