La grave crisis sanitaria y el estado de alarma frenaron en seco el cumplimiento de las penas de trabajos en beneficio de la comunidad (TBC), un tipo de pena que suele imponerse en delitos contra la seguridad vial o de violencia de género, que se cumple haciendo labores de limpieza de montes, acompañamientos o tareas sociales en colaboración con administraciones públicas o entidades sin ánimo de lucro. También se suspendieron los plazos que se conceden a los condenados para que ingresen de forma voluntaria en prisión.

Con la llegada de la nueva normalidad los juzgados de lo Penal de Vigo y el Centro de Reinserción Social "Carmen Avendaño" , CIS, han comenzado a revisar el cumplimiento de las penas de trabajos comunitarios caso por caso y, a partir de junio, se empezaron a enviar los requerimientos para las entradas voluntarias en prisión, que también están ya normalizadas según fuentes del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia, (TSXG).

El CIS "Carmen Avendaño" acoge a aquellos internos que han cumplido ya gran parte de su condena y están clasificados en tercer grado penitenciario, por lo que disfrutan de un régimen de semilibertad. El confinamiento obligó a paralizar los 240 planes de trabajos en beneficio de la comunidad que ejecutaban otros tantos reos del centro vigués. Una fórmula de cumplimiento de penas que se ha disparado, pues en la actualidad están en marcha en el centro de inserción de la Avenida de Madrid 315 planes, según informa Instituciones Penitenciarias.

La crisis sanitaria, además, dejó prácticamente vacío el complejo penitenciario vigués, pues Interior acordó a nivel nacional que, como medida para evitar la propagación del Covid-19 en los centros penitenciarios, este tipo de presos pudiera seguir cumpliendo condena en sus domicilios, sin tener que acudir a las instalaciones del CIS.

En la actualidad hay 33 internos que siguen ingresados en el CIS "Carmen Avendaño" -la mayoría extranjeros o personas sin arraigo-, frente a los 90 controlados mediante pulseras o tobilleras electrónicas, a tenor de los datos que maneja Instituciones Penitenciarias.

La vigilancia telemática ha pasado del 26% que había antes de la pandemia, a un 82% en la actualidad. El sistema parece haber llegado para quedarse, pues al menos en el CIS de la ciudad olívica está dando buenos resultados. Así, durante la pandemia se instalaron entre 70 y 90 dispositivos de control telemático y sólo se revocaron tres de ellos por incumplimiento de normas por parte de los beneficiarios.

También ha funcionado bien el control telefónico de otro pequeño número de internos, a quienes se llama a números fijos de su casa de forma aleatoria para vigilar si están allí. Las juntas de tratamiento de cada centro penitenciario son quienes deciden la situación de cada reo, caso por caso.

Los tres juzgados de lo Penal de Vigo revisan ya el cumplimiento de las penas de trabajos en beneficio de la comunidad del estado de alarma para darlas por terminadas si sólo faltan los días que no se pudieron cumplir por la crisis sanitaria. Cada juzgado solicita al CIS un informe sobre cuándo comenzó el cumplimiento de la pena y si hubo algún incidente previo al estado de alarma. Después estos datos se remiten a la Fiscalía, que emite un informe sobre el que finalmente resuelve el juzgado. En general, si el cumplimiento se había iniciado durante el estado de alarma y no hubo ninguna incidencia, se están dados por cumplidas esas penas, explican desde el TSXG.

Las medidas de prevención anticovid tienen también efecto en las ruedas de reconocimiento de las demarcaciones judiciales de Vigo y Redondela, que han sido suspendidas. Condenados a trabajos en beneficio de la comunidad cumplían sus jornadas como "figurantes" en las ruedas de reconocimiento que se celebraban en los bajos la sede judicial viguesa. Pero la sala -con espejos que en realidad son cristales para que víctimas y testigos puedan ver sin ser vistos- es muy pequeña y no puede acoger a cinco figurantes y al acusado manteniendo una distancia prudente. Y es que todos tienen que estar sin mascarilla para ver si los reconocen.

Alguna de las ruedas de reconocimiento llegó a realizarse en una sala de vistas por videoconferencia, pero presenta algunas dificultades para los testigos por lo que, de momento, están siendo denegadas. En principio hay siete reos adscritos al programa durante la semana y otros dos durante los fines de semana. Todos ellos están "de guardia" por si surge un caso urgente y acuden a firmar cuando les corresponde. En total hay nueve personas cuando lo habitual era de 15 a veinte voluntarios en este programa con los juzgados.