La Junta Local de Sanidad estudiaba cuatro propuestas para la ubicación de nuevo matadero municipal. Tres de ellas se encontraban en las inmediaciones de Coia y una cuarta en San Roque. El proceso continuaba en marcha, aunque a un ritmo mucho más lento del previsto. La construcción de un nuevo matadero municipal se había convertido en prioritario tras realizarse un informe en el que se destacaba el mal estado del antiguo. Ya se habían registrado numerosos problemas y el ayuntamiento había tomado la decisión de clausurarlo.

Las obras en la calle Montero Ríos, una de las más céntricas de la ciudad, obligaba a la modificación del recorrido de varias líneas. La compañía de transporte informó de los cambios que afectaban a un gran número de pasajeros. Las obras durarían más de dos meses, según la estimación inicial. Eran las principales reformas que se realizaban en todo el trazado desde que había comenzado a funcionar el servicio.