El arranque de la campaña electoral de las elecciones autonómicas del próximo 12 de julio en Galicia no se ha demorado a la hora de dejar imágenes peculiares para la antología de los paseos y encuentros de políticos con sus votantes. Esta tarde, el candidato socialista a la presidencia de la Xunta, Gonzalo Caballero, ha recorrido las calles del centro de Vigo acompañado por el ministro de Cultura y Deporte, José Manuel Rodríguez Uribes, y por su tío y alcalde de la ciudad, Abel Caballero.

Este último se ha caracterizado en los últimos años por su singular y personalista forma de hacer política, exaltando el orgullo localista de una ciudad que le ha respondido agraciándolo con mayorías cada vez más sustanciosas en la corporación local, aunque no escasean los detractores de su excesivo protagonismo.

De este modo, el sobrino ha querido tomar nota de las recetas de su ascendiente y junto a él ha paseado por la ciudad olívica para, en primera persona, poder desentrañar los entresijos de la política de proximidad con el objetivo de asaltar el Ejecutivo autonómico tras once años de gobiernos del PP.

Así pues, aunque Gonzalo Caballero ha llevado la voz cantante en las declaraciones ante los medios de comunicación, ha sido Abel quien ha ejercido el papel protagonista en los acercamientos a los distintos ciudadanos con los que se han ido cruzando, cuyo comportamiento ha oscilado entre el escepticismo clásico de los viandantes hacia los políticos que los interpelan y la devoción ferviente que algunos de los vigueses profesan hacia su regidor.

A falta de besos y abrazos por el obligado distanciamiento social que marcan las medidas de prevención frente al Covid-19, las selfis han sido el método de interacción escogido por aquellos más ansiosos de compartir una parte de su tarde con los representantes del PSOE que han intentado captar su voto.

Otra fotografía llamativa ha sido la que ha protagonizado la comitiva socialista -presidida por el ministro- ante el famoso Dinoseto, el dinosaurio de ramas y hojas con una pequeña cría a su imagen y semejanza plantado en el centro de Vigo que, tras desconcertar a propios y extraños tras su aparición, ha ido consolidándose como uno de los atractivos turísticos de la ciudad.

No obstante, a pesar de lo peculiar de esta instantánea, la imagen más llamativa ha llegado hacia el término del paseo, cuando dos jóvenes se han personado ante el alcalde y le han pedido que firmase sus monopatines, algo a lo que el regidor vigués ha accedido para estampar un escueto "Abel" sobre las tablas de madera atiborradas de coloridos dibujos.

A la espera de cerrar la jornada con un mitin clásico en Redondela (Pontevedra), este curioso paseo familiar ha sido uno de los actos destacados de la jornada de apertura de campaña del PSdeG, que ha atravesado en diagonal de nordeste a suroeste la práctica totalidad del territorio gallego