El candidato socialista a la Xunta aspira a lograr el respaldo de un "Vigo potente y aliado" para poner fin al gobierno "agónico" de Feijóo. Gonzalo Caballero promueve un proyecto de cambio "tranquilo pero intenso" en el que "todos se sientan cómodos" y que integre medidas de progreso social y políticas industriales, que han sido "inexistentes" durante los últimos 11 años del PP.

El líder del PSdeG-PSOE desgranó su propuesta durante un almuerzo en el Círculo de Empresarios de Galicia, donde fue presentado por el alcalde vigués, y abogó por una reconstrucción social y económica "de la mano de la Galicia emprendedora".

En su intervención ante representantes de diferentes asociaciones y clústeres y empresarios, Caballero estuvo acompañado por miembros de la lista que encabeza por Pontevedra, el delegado de Zona Franca, David Regades, la presidenta de la Diputación, Carmela Silva, y concejales socialistas de la corporación viguesa.

El aspirante a la presidencia de la Xunta cree que Feijóo carece de "iniciativa e impulso" para liderar la recuperación. Y puso como ejemplo los 70.000 empleos perdidos durante el gobierno popular en Galicia, los recortes de 2.000 millones de euros en la sanidad pública, el modelo "fracasado" de privatización de residencias de mayores y la falta de apoyo a los sectores productivos.

Caballero defendió las medidas económicas "de enorme calado" puestas en marcha desde el Gobierno central para "proteger a al ciudadanía" y abogó por movilizar en Galicia 3.500 millones de euros entre fondos públicos y privados.

"Impulsar a los sectores más vulnerables es construir un país más sólido para la remontada. Y la inversión en sanidad pública es también una garantía para la economía, la reconstrucción y la estabilidad. De esta crisis hay que salir con políticas socialdemócratas. Debemos impulsar lo público y reforzar la actividad de los sectores privados", defendió.

"Queremos ser aliados de los empresarios y de los trabajadores para construir el futuro del país", insistió Caballero, que se comprometió a mantener el diálogo con el Gobierno de España como presidente, pero también "la firmeza para reclamar lo que nos corresponde".