Cargados con tiendas de campaña, gorras, gafas, cremas de sol... y mascarillas. Así fue el regreso de los visitantes a las islas Cíes -y a las Ons-. Más de tres meses después, la joya de la corona turística de Vigo volvió a recibir a ansiosos de playa y amantes de la naturaleza. Los barcos de las navieras Nabia y Mar de Ons retomaron las rutas a primera hora: las zonas de embarque del Náutico recobraron vida después de un largo periodo de letargo. Y es que la nueva normalidad, en la que Galicia se instaló el pasado lunes, da luz verde a una excursión que, en la primera jornada poscoronavirus, sedujo a unos 600 afortunados.

Entre los suertudos que pudieron comprobar el buen tiempo y los secretos del archipiélago, se encontraba Yoly, que hacía unos 20 años que no visitaba este paraíso. "Tengo muchas ganas de ver cómo está, cómo ha cambiado", aseguraba poco antes de subirse al primer barco de la temporada -salida a las 9.30 horas- con su hijo y con una amiga y su hija. "Organizamos el plan muy rápido. Vimos la opción hace un par de semanas y ya la enganchamos. Salir del confinamiento e ir a las islas Cíes... somos unos privilegiados", comentaba tras confesar que se quedarían a dormir allí para aprovechar al máximo el fin de semana en el que damos la bienvenida a los meses de verano.

A su lado, y deseosos de embarcar, estaban los pequeños, Etienne y Xulia. "Tengo muchísimas ganas, hace dos años que no voy a Rodas. Me apetece. Aunque el agua esté fría, me tiraré de golpe", avanzaba ella. "Haremos las rutas de senderismo hasta los faros y también disfrutaremos del arenal. Buscamos desconectar, paz y que los niños puedan acercarse a la naturaleza y conocer todo su encanto", citaba Yoly.

El regreso de los trayectos a Cíes dibujó una sonrisa a Luisa María Pérez, de Viajes Margali, y Gerardo Fernández, de A Senda do Moucho, que se encargan de organizar experiencias en espacios naturales. De su mano, Dolores, llegada de Ourense, se animó a programar un fin de semana en las islas Cíes junto con su amiga María, de Vigo, quien destacaba minutos antes de embarcar la "tranquilidad" que le regala el archipiélago. "Soy médica y el estrés que se pasó durante el estado de alarma fue bastante grande. Ahora, busco calma, integrarme en la naturaleza, disfrutar, observar... Los días son muy largos, es una época muy bonita para ir. Nos quedaremos a dormir allí en un bungaló: podremos presenciar los amaneceres, que son preciosos", comentaba.

Dolores, una asidua de las islas, defendía que la iniciativa programada por A Senda do Moucho es "superchula". "Intentamos venir todos los años tan pronto comienzan los viajes; es muy alucinante. Lo que transmitirá Cíes cuando lleguemos después de tres meses sin gente... ya te lo puedes imaginar", explicaba. Escoge este plan de fin de semana para encontrar "sensaciones" y dejarse "impresionar" por el tesoro natural olívico. "Va a ser llegar y llenarme de vida. Veré que desaparecen los problemas. Es un buen sitio para desconectar después de lo que hemos pasado; hasta llegamos a temer que se cancelasen los trayectos esta temporada. Es un lujazo. Está genial poder ver el amanecer y el atardecer, sobre todo, en estas fechas: en julio y agosto, ya se masifica y no es lo mismo", argumentaba.

Desde Lugo, se animaron a visitar las islas Cíes Alfredo y Olga, que se sumaron al plan ideado por la hermana del primero, Isabel, procedente de Santiago de Compostela. "Teníamos muchísimas ganas de venir, nos quedaremos el fin de semana. Me apunté el primer día de la fase 1, se lo propuse a ellos", confirmaba esta última. La "paz" y la "tranquilidad" del archipiélago, lo que más valoran. "Podremos informarnos sobre la flora y la fauna y haremos una ruta nocturna. Con todo lo que hemos pasado por el Covid-19, es más necesario que nunca. Vamos encantados", manifestaba.

Ocupación en el camping

El camping de las islas Cíes, uno de los pocos que ya han abierto y de los más demandados de la provincia, acogió la pasada noche a unas 200 personas, más de dos tercios del aforo determinado por la situación de emergencia sanitaria -350 de las 600 plazas habituales-.