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El vecindario comienza a alborotarse

Las denuncias por ruidos y los roces se disparan en las comunidades tras 15 días de confinamiento

Denuncia de una madre después de que destrozaran el dibujo que su hija puso en el ascensor.

Los españoles vamos ya para 15 días de encierro en casa por la crisis del coronavirus y la convivencia comienza a hacerse dura. No todos consiguen aguantar el ritmo. Y los roces entre vecinos empiezan a aflorar. La música a todo volumen que alegra a buena parte del barrio impide que otros descansen o teletrabajen. La oportunidad que con este parón vio el vecino de abajo para hacer obras se ha convertido en un infierno para el de arriba y los de al lado. Esos niños que corretean y gritan toda la tarde puede traer de cabeza a sus padres, pero también a los de los pisos colindantes. Y así un largo etcétera de supuestos.

La mayoría de ciudadanos están ahora 24 horas encerrados en sus viviendas. Y lo que al principio podía soportarse, para muchos se ha convertido en un martillo. Lo evidencian las llamadas a la Policía. "Se han disparado las llamadas por este tipo de quejas. No damos abasto", confiesa un agente del cuerpo local de Vigo. Son muchos los ciudadanos que han sacado su potente equipo de música al balcón para amenizar la cuarentena. El subbofeer hace retemblar al vecindario. Corean, aplauden, cantan... pero no todos. Algunos intentan trabajar. Otros, descansar. Y todo ello se ha convertido en un caldo de cultivo para que surjan los primeros roces. "Hay gente que pone música de forma puntual. Durante un pequeño rato. Incluso tras el aplauso de las ocho y nada más. Pero otros están todo el día. Y ahora la cosa se complica porque está en casa todo el mundo. ", reconocen agentes consultados por este periódico.

Pero no solo de música viven los que amenizan la cuarentena y sufren los que están o deben estar a otras cosas. Muchos ciudadanos tenían obras previstas en sus viviendas o han aprovechado este parón por el Covid-19 para ponerse a tirar paredes. Es otra de las denuncias que reciben a diario en la Policía Local. Y, en este caso, poco tiene que hacer, ya que si tienen licencia no se pueden parar. Además, en estos supuestos, la medición de ruido no se realiza ya que está permitida durante la ejecución de obras.

En la central de la Policía Local también se están recibiendo a diario quejas de vecinos por el exceso de ruido que realizan los más pequeños de la casa de las viviendas colindantes. Y no faltan tampoco aquellas de los que desde sus balcones y ventanas ven a personas saltándose el confinamiento y no solo llaman a los agentes, sino que los reprenden desde sus ventanas provocando que otros muchos vecinos se sumen a la bronca y se monte un importante jaleo en el barrio.

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