Si el martes compañeras de trabajo y a la vez amigas de Ana Enjamio retrataron en el juicio al acusado del crimen de la joven ingeniera como posesivo y acosador, ayer fueron amigos de César Adrio los que lo describieron como un hombre "obsesionado" con la chica, a la que se refería como una "diosa". Uno le llegó a advertir de que iba "a acabar" en un "calabozo". Dos de los testigos, un matrimonio de la misma empresa que encausado y víctima, se encontraron a César en la comisaría de Vigo horas después del asesinato, esa misma mañana. Al dirigirse a él diciéndole lo sucedido, la reacción de Adrio les sorprendió. "¡Qué movidón!", les contestó. Lo que vieron fue "sorpresa fingida". También hablaron sobre su gesto y proceder los policías que tuvieron contacto con él ese día: "Ni preguntó el motivo por el que lo citábamos; y ya en sede policial estaba frío, nada le sorprendía, ni sentía ni padecía".

Antes de empezar con la prueba policial de este asesinato ocurrido la madrugada del 17 diciembre de 2016, en la tercera sesión del juicio declararon amigos del acusado. Dos de ellos, un matrimonio de su empresa. La mujer relató cómo se enteró de la relación de Adrio y Ana y que se enfadó porque "puse la cara" por él ante su entonces esposa tranquilizándola y diciéndole que César no tenía escarceos. Cuando retomaron la amistad, esta amiga le reprochó que estuviese con la ingeniera. "Ana no me gustaba, pero para él era la chica 10". La mujer, convencida de que tuvieron una "relación intermitente" hasta el final, aseguró que no vio a Adrio obsesionado: "Lo que pasa es que quería seguir con ella".

El marido de esta testigo sí que apreció "obsesión" . "Él me contó que la relación se acabó en septiembre de ese año -2016- porque ella había vuelto con su exnovio Samuel; pero lo que percibí desde ese momento es que se dejaban y volvían; él estaba obsesionado, quería que volviese con él", refirió este hombre, al que Adrio le preguntó por aplicaciones de vigilancia para móviles.

Este matrimonio fue a la cena de empresa de la noche del crimen. "Vi a César en la mesa cabizbajo; le pregunté qué pasaba y me dijo que seguía pensando en Ana, que estaba enamorado", declaró el hombre. A la mañana siguiente la pareja fue a comisaría tras saber del crimen. Y vieron llegar a César. Él les contó que, al irse de madrugada a casa tras la cena, "no se acordaba muy bien como llegó". Respondió con un "¡Qué movidón!" cuando el matrimonio le dijo que habían matado a la joven. "Era sorpresa fingida; estaba impasible", dijo el testigo. "Mi mujer tenía miedo de que lo culparan a él porque tenía todas las papeletas: era el exnovio y había una relación tormentosa; pero nunca pensó que [el culpable] fuera él", concluyó.

Otro amigo de Adrio ahondó en esa "obsesión" hacia Enjamio. "Me enseñó como vigilaba sus estados de WhatsApp, me contó que se puso ante su coche para hablar con ella o que la siguió cuando estaba con Samuel", afirmó. "Le dije que se dejase de líos, que un día la chica iba a avisar a la Policía y que acabaría en comisaría, en el calabozo", recordó. Los amigos aconsejaron a César que viese a otras mujeres.

Al baño a "lavarse" las manos

También ayer declararon policías. La mañana de crimen fueron a casa de los padres de Adrio para hablar con él. No estaba. Había ido a Vilagarcía a ver a sus hijos. Su exmujer refirió ayer la sorpresa de verlo tan temprano y sin avisar de forma previa para estar con los niños. Un agente habló con César por el móvil del progenitor. "Le dije que viniese a comisaría, no me preguntó el motivo", dijo. Una vez allí, este policía, tras empezar a entrevistarlo y referirle el crimen, se topó "con que estaba frío, asintomático y no le sorprendía nada; no sentía ni padecía". "Pidió ir al baño muchas veces; a lavarse las manos, a lavarse las manos...", ahondó. Fue "colaborador" hasta que, para registrar su coche, pasó a la condición de investigado. Entonces se asesoró con abogados y cambió la actitud.

Ese sábado se fue para casa. Pero al día siguiente fue su intento de homicidio. Para el jefe policial del caso, la nota que dejó fue el indicio "que faltaba" para detenerlo por el crimen. En el escrito César se dirigía a su familia, al "resto" y a Enjamio. "Les pide perdón y le pide también perdón a Ana; siempre que se hace eso es para aliviarse; lo hizo cuando fue consciente de la magnitud de lo que había hecho", valoró el experto policial. Ayer también declararon la madre y el hermano de la víctima.