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La creatividad viguesa arriba a los Teatros del Canal

Eduardo Soutullo y Miguel Matamoro estrenan sendas piezas en un concierto ideado como una instantánea de la composición contemporánea

Los compositores vigueses Eduardo Soutullo y Miguel Matamoro.

Los Teatros del Canal de Madrid acogen este domingo un concierto cuyo programa aspira a ser una instantánea de la composición contemporánea que se realiza en estos momentos en España. Y dos de los protagonistas de esta fotografía musical son vigueses. El reconocido Eduardo Soutullo, de proyección internacional, y Miguel Matamoro, un prometedor talento que todavía no ha cumplido los 30, estrenaran sus piezas "Alisios" y "Sottogrido", respectivamente, que serán interpretadas por la Orquesta de Cámara del Auditorio de Zaragoza-Grupo Enigma bajo la batuta de Asier Puga.

El concierto será además un homenaje a uno de los creadores invitados, el compositor y catedrático de Armonía Carles Guinovart, que falleció este martes a los 78 años. También la pieza de Soutullo está dedicada al director y fundador de Enigma, Juan José Olives, desaparecido el año pasado.

Los vientos alisios, explica el autor, contribuyen al buen tiempo de la tierra natal de Olives, Tenerife, y también inspiraron en 1902 al poeta y marinero John Masefield el poema Trade Winds, cuyos últimos versos evocan la isla.

Elconcierto se integra en el Festival de Ensembles de Madrid. "El público se encontrará seis obras diferentes entre sí y me atrevería a decir que cada una de ellas conectada a alguno de los estilos que han venido definiendo la música de cámara en las últimas décadas", destaca Eduardo Soutullo.

"El panorama actual de la música contemporánea es bastante diferente al de hace 50 años, donde imperaba una estética vanguardista bastante dogmática. Afortunadamente hoy cualquier compositor joven o maduro puede componer en el estilo que más le plazca sin miedo a ser excluido de las programaciones", reflexiona Soutullo, que atribuye el aumento del nivel de profesionalidad a la mejora del sistema de educación en los conservatorios.

A igual que él, Miguel Matamoro se inició en las enseñanzas musicales en su ciudad natal. Y después realizó estudios de composición en el Musikene de Bilbao y cursó la Cátedra Manuel de Falla en Sevilla. "Conocía su obra y me entusiasma la idea de compartir programa con él. Está muy bien que haya presencia de dos autores de Vigo y de Galicia", destaca el más joven.

Su pieza está compuesta para flauta, clarinete, violín y chelo y el título juega con la expresión italiana sotto voce, muy utilizada en música para indicar que se toque muy suave. "Y yo le añadí grido, que significa grito, para expresar la idea de un grito mudo. Compuse la obra a partir de un paseo por la playa de Aguete. Mientras caminas por la costa escuchas grandes ecos y sonidos imprecisos, pero también incisivos como los de la veleta de un barco rechinando. Pero también hay mucho de lenguaje tradicional en esta composición", explica.

Matamoro se la ha dedicado a sus amigos Elena Díaz y Nicolás Abreu, a los que se la obsequió como regalo de boda.

A igual que en estrenos anteriores, el vigués no falta a los ensayos. Ya conoce al director Asier Puga -"Es una suerte trabajar con él, es muy detallista", destaca- y se refiere al aprendizaje que suponen estas sesiones previas. "A medida que avanzas en tu carrera resulta más fácil imaginarte cómo sonará una obra, pero siempre me llevo sorpresas. Cosas que me gustan, otras que me horripilan... Vas puliendo y refinando. Me gustan mucho los ensayos porque es como ir a clase, aprendes mucho", reconoce.

Matomoro reivindica el talento creativo que bulle en Vigo, aunque lamenta la falta de espacios en los que expresarse: "En las Rías Baixas y en Galicia hay muy buen nivel, pero sería necesario arriesgar más con la programación, ir más allá de lo fácil, de lo que le gusta a la mayoría".

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