El traspaso de las resonancia magnéticas fijas de Galaria al Complejo Hospitalario Universitario de Vigo (Chuvi) se hará efectivo el próximo 1 de julio. En ese momento, todos los medios materiales y humanos para la realización de estas pruebas en el Álvaro Cunqueiro y el Meixoeiro pasarán a estar bajo el mando organizativo y funcional del Servicio Galego de Saúde. Sin embargo, los seis radiólogos de la empresa pública con plaza en propiedad que realizan estos estudios han rechazado su trasvase y permanecerán en el organismo dirigido por la exconselleira Rocío Mosquera, presumiblemente, para la realización de las resonancias móviles, la única actividad que Galaria mantiene en Radiodiagnóstico.
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La única radióloga con plaza fija de la empresa pública que se pasa al Chuvi es la única que no se dedicaba a resonancias. Trabaja en radiología intervencionista y ya disfrutaba de una comisión de servicios para trabajar en el Cunqueiro, dentro del Servicio de Radiodiagnóstico.
Galaria cuenta con otros tres radiólogos eventuales para hacer resonancias magnéticas y a los que resolverá el contrato el 31 de junio. El Sergas no tendría la obligación de subrogarlos. Pero los contratará. Los quiere y necesita. El paro cero de esta especialidad ha provocado que, en la actualidad, el Servicio de Radiodiagnóstico tenga siete vacantes. Estas incorporaciones cubrirán cuatro. Además, al sumar a su actividad todas las resonancias fijas que se realizan el Chuvi -25.422, según la última memoria de la empresa pública, de 2017- necesita más personal para hacer frente a la demanda. Desde que hace un año se permitió el acceso de los radiólogos del complejo vigués a esta prueba, asumía el 35% de esta carga y Galaria, el 65%.
La plantilla de radiólogos de la empresa pública se encontrará en la situación contraria que la del Sergas en Vigo. Se quedará con dos tercios de los nueve especialistas que realizan resonancias, pero solo mantendrá un 38% de esta actividad, la correspondiente a las unidades móviles. En 2017 efectuó 15.650 de estas pruebas. Cuenta para ello con dos camiones que moviliza a hospitales comarcales, además de colaborar con el área sanitaria de Pontevedra.
Los radiólogos de Galaria ya habían mostrado su oposición a recibir órdenes de programación de actividad del jefe de Radiodiagnóstico del Chuvi, el doctor Xan Vieito, cuando Sanidade apostó por una integración a medias, solo orgánica, con la que lo al mando de una unidad compartida. Lo pelearon incluso en los tribunales, que le dieron la razón a la Consellería. A pesar de ello, nunca aceptaron realizar otras pruebas, como TACs o ecografías, para compartir el trabajo. Este conflicto tuvo repercusión asistencial. El episodio más sonado fue cuando más de una decena de pacientes oncológicos citados para un escáner volvieron a sus casas sin la prueba porque la empresa pública se negó a cumplir con la agenda marcada por el Chuvi.
En el proyecto de decreto para hacer efectiva la integración real de las resonancias se recoge también la integración de dos celadores, dos enfermeros de servicios centrales, tres auxiliares administrativos y cinco técnicos especialistas.