El presidente de Arvi, Javier Touza, subraya que las organizaciones de ambos eventos siempre han cooperado a la hora de ajustar los diferentes calendarios para no interferir en los intereses de la otra pero en esta ocasión la colaboración ha ido más allá. "Nos jugamos mucho", recordó el empresario, que aseveró que se trata de "los dos grandes festivales de la ciudad, con temáticas y formatos muy diferentes, pero que crean ciudad y transmiten la imagen de Vigo a nivel internacional".

Touza cifra en unos 10.000 euros el coste "imprevisto" para ambas organizaciones para el arreglo del paseo. "Nuestra intención es adecentar las losetas, nada más porque no somos el Ministerio de Fomento, ni el Puerto, ni el Concello, simplemente defendemos intereses privados y nuestros presupuestos ya están muy ajustados", remarcó.

Ambos eventos juegan con el tiempo en contra ya que en apenas dos meses tendrá lugar la primera cita, el Vigo SeaFest, el 4, 5, 6, y 7 de julio, lo que significa un margen de poco más de un mes ya que la organización comienza a montar dos semanas antes. Luego, tras finalizar el evento, toca retirar y, casi de forma inmediata, instalar la estructura de O Marisquiño,que se celebra del 9 al 11 de agosto. "Va todo muy justo de tiempo", apuntó.