El incidente en Peinador con el avión de Air Nostrum que un controlador obligó a frenar por error cuando rodaba ya por la pista a 100 km/h y se disponía a levantar el vuelo hacia Valencia ha tenido las primeras consecuencias. Según ha podido saber este periódico por fuentes de toda solvencia, los controladores de Vigo han recibido instrucciones para cambiar su procedimiento a la hora de autorizar la salida de aeronaves desde la cabecera Norte. Las medidas, que fueron inmediatas tras lo ocurrido, persiguen evitar que la falta de visibilidad de los 300 primeros metros de pista vuelva a desencadenar un error grave como el de la semana pasada. Desde el sábado (un día después de lo ocurrido) los controladores solicitan a todos los pilotos que avisen vía radio en el mismo momento que inician la carrera.
Con esta confirmación, la torre pretende paliar la carencia visual y asegurarse al 100% de que los aviones están ya en marcha o continúan parados en la cabecera. Solo con esta medida se podría haber evitado la emisión de la orden contradictoria y errónea como la que obligó a frenar al comandante del Air Nostrum durante una de las fases críticas de cualquier vuelo, como es el despegue, y porque el controlador pensaba que todavía no había arrancado.
Según controladores consultados por este periódico, esta instrucción, aunque no es novedosa, es poco habitual. Por lo general, una vez que desde la torre se autoriza el despegue a un avión, la comunicación con el comandante finaliza y no se retoma hasta que la nave ha despegado. Si bien es cierto, confiesan que es "extraño" que desde la torre de control de Vigo no se vea toda la pista. Su inclinación, con una diferencia de casi 10 metros de cota entre un extremo y otro, unido en ocasiones a los árboles del campo de golf que ya fueron cortados hace dos meses, complican su visión. De hecho, las propias cartas aeronáuticas recogen que los primeros 350 metros de pista de la citada cabecera no son visibles desde la torre.
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"Hasta ahora nunca había ocurrido nada grave. Pero sí que en ocasiones, por ejemplo, se posan en esa cabecera grupos de pájaros y desde la torre es imposible verlos", confiesan fuentes conocedoras de esta problemática.
Aena tiene cámaras en ese punto de la pista, pero según apuntó un portavoz oficial esta semana, aunque su visualización se ha cedido a la torre "como ayuda y soporte", en ningún caso -remarcan- sirven como "sustitutas de los procedimientos de control de torre".
Este periódico intentó ayer, aunque sin respuesta por parte de Aena y tampoco de Ferronats (concesionaria de la torre de control) conocer los pormenores de la citada instrucción, si se continuará investigando lo ocurrido o si se tomarán nuevas medias correctoras.
Controladores y expertos aeronáuticos que prefieren guardar el anonimato, aclararon a este periódico que, aunque es poco frecuente, sí entra dentro de lo "normal" que haya un cambio del plan de vuelo que obligue a cancelar una autorización de despegue ya emitida. Fue precisamente lo que ocurrió con el avión de Air Nostrum. Lo extraño en este caso, y que califican de "grave", es que el avión ya estaba en marcha, rodaba a 100 km/h y el controlador pensaba que seguía parado. "Eso no es para nada normal. Pero además crea un problema serio de seguridad", apuntan.
Pese a lo extraño y la gravedad del incidente, desde la Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes de Aviación Civil (CIAIAC), dependiente del Ministerio de Fomento, aseguraron a este periódico que no han abierto investigación.
