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Radiografía del mercado inmobiliario de la ciudad

Vigo, la ciudad española con menor diferencia de precio entre vivienda nueva y usada

En 2017 las propiedades más recientes costaban solo un 8% más que las antiguas -En A Coruña el margen era del 28%, en Pontevedra del 20% y en Ourense del 17% - La falta de obra y el "boom" del alquiler, claves

Simón Espinosa

Desde hace años el mercado inmobiliario de Vigo está marcado por un factor que lo diferencia de la mayoría de ciudades del país: la anulación de su Plan General en 2015, un varapalo urbanístico que coincidió con lo peor de la crisis y dejó en mínimos la construcción de viviendas nuevas. Hace un año Fegein, la federación que agrupa a las agencias inmobiliarias, señalaba que en todo Vigo había solo 80 pisos y casas nuevas en el mercado, un stock paupérrimo que marca mínimos históricos. El último Anuario Estadístico publicado por Fomento, con balances de 2017, aporta otro dato que confirma la peculiar situación que atraviesa la ciudad: de entre las grandes urbes de España -entendiendo como tales las que superan los 250.000 habitantes-, Vigo es la que presenta una menor diferencia de precio entre vivienda nueva y antigua.

Según los datos recabados por el ministerio, en 2017 el metro cuadrado (m2) de vivienda residencial nueva -de menos de cinco años- costaba en el mercado libre 1.460 euros. El de las propiedades que superaban el lustro solo era ligeramente inferior: 1.352. Los apartamentos y casas que se habían levantado a partir de 2012 eran así solo un 8% más caros que los construidos con anterioridad. Esa diferencia queda lejos del 16,6% registrado en el boletín de 2016 o el 31,5% del año anterior. En 2015 la diferencia entre ambos tipos de pisos superaba los 400 euros/m2.

Aunque los precios del metro cuadrado varían de un mes a otro y el última balance de 2018 apunta un repunte de su valor, el cómputo total del año mantiene la misma foto del ejercicio precedente. La media de los cuatro cuatrimestres de 2018 sitúa el precio medio de la vivienda nueva en 1.532 euros/m2. La de las propiedades antiguas se situaba en 1.405. La diferencia es en ese caso sería del 9%, algo superior a la de 2017, pero igualmente llamativa en el panorama estatal. No hay ninguna urbe con una diferencia tan pronunciada. Solo Madrid se aproxima a ese porcentaje, con un margen de cerca del 10%. En Barcelona la vivienda nueva es un 19% más cara que la vieja, en Valencia la proporción asciende a 23% y en Murcia y Palma, por ejemplo, se acerca al 26%. Entre los municipios con más de 250.000 habitantes, la mayor diferencia se registra en Alicante, con un margen que roza el 49%.

Otras ciudades gallegas

El anuario elaborado por Fomento con datos de 2017 retrata también las diferencias que se dan entre las ciudades gallegas. En A Coruña, por ejemplo, ese año se pagaban de media 1.992 euros/m2 por viviendas nueva y 1.551 por la antigua. La diferencia era en ese caso del 28%. En Ourense el margen rozaba el 17% y en Pontevedra superaba el 20%. Vigo se distingue en gran medida por su reducido stock de vivienda nueva, lo que ha inyectado fuerza al mercado de segunda mano. Buena prueba es que algunas agencias inmobiliarias han empezado a hacer incluso campañas de "buzoneo" para sondear a posibles propietarios interesados en vender sus apartamentos.

Otra de las tendencias que se constatan en el mercado inmobiliario local -en sintonía con otras muchas ciudades, tanto de Galicia como del resto de España- es el aumento de la demanda de viviendas en régimen de alquiler y, en consecuencias, de los precios de arrendamiento.

Ante la falta de apartamentos nuevos en el mercado y también la situación laboral de los jóvenes, la demanda de viviendas de alquiler se ha disparado. Un informe publicado en febrero por la web inmobiliaria Fotocasa recogía que en 2013 el arrendamiento mensual medio de la vivienda de alquiler se situaba en Vigo en 5,97 euros/m2, casi un euro menos que al cierre de 2018, cuando el buscador situaba el dato en 6,79 euros/m2.

En cuestión de solo un lustro las tarifas se habrían disparado cerca de un 14%, un alza que Fotocasa situaba entonces "muy en tónica con la media nacional". Otra pista de la elevada demanda es que el stock de inmuebles disponibles en Galicia se desplomó un 40% solo entre 2017 y 2018, lo que demuestra la elevada oferta de arrendamiento. Incluso parte de la compra de vivienda se realiza como inversión, con el fin de rehabilitarla para ponerla en el mercado del alquiler.

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