Vigo lleva la automoción inserta en el ADN de su economía. Y en el de su asfalto. En los garajes de la ciudad descansan casi 149.700 coches, lo que supone uno por cada dos de los 293.600 vecinos empadronados en la urbe. Entre las veinte principales ciudades peninsulares de España solo hay otra que alcance esa proporción: Murcia.
El resto de municipios se aproximan con mayor o menor precisión, pero sin equiparar el porcentaje de Vigo y la localidad mediterránea, que suma cerca de 447.200 habitantes y unos 230.500 turismos. A Coruña, por ejemplo, está algo por debajo, con 113.000 coches.
En el listado hay una excepción: Palma de Mallorca, que con 245.100 coches para 409.700 residentes supera la marca olívica. No es la única urbe insular en la que detecta ese fenómeno. En Santa Cruz de Tenerife o su vecina San Cristóbal de La Laguna ocurre algo similar.
El número de automóviles en las calles de Vigo puede explicarse por varias razones, como su peculiar orografía, marcada por cuestas pronunciadas, su estrecho vínculo económico con PSA y todas las empresas auxiliares que la rodean o las opciones del transporte público. Por ejemplo, hasta abril de 2015, cuando se puso en marcha el modernizado Eje Atlántico, al ferrocarril le costaba competir con el vehículo particular para los desplazamientos entre A Coruña y Vigo o las localidades intermedias. Algo similar sigue ocurriendo entre Vigo y Oporto, trayecto que en coche se cubre en algo más de una hora y media, mientras que el Tren Celta se demora 140 minutos. El servicio se presta además con solo dos frecuencias diarias, una a primera hora del día y otra por la tarde.
Aunque Vigo destaca por su proporción de turismos, el parque actual es ligeramente inferior al que registraba la ciudad hace varios años. Los datos del Instituto Galego de Estatística (IGE) muestran que hace una década, en 2008, había censados en el municipio más de 157.400 turismos, 7.700 más que los registrados ahora. Entonces en Vigo vivían sin embargo más personas. A comienzos de 2008 el INE contabilizaba 295.703.
Las motos, en ascenso
Los datos de la DGT no solo muestran el peso que tienen los turismos en la ciudad. Constatan también el "boom" que en cuestión de años ha experimentado el parque de motocicletas de Vigo. El año pasado se cerró con 26.853 matriculadas, un millar más que 12 meses antes -cuando la DGT sumaba 25.767 motocicletas- y más del doble que en 2005. Ese incremento se debe en gran medida a la política adoptada por el Concello para favorecer su uso mediante reducciones de tasas, la creación de plazas de aparcamiento y diferentes facilidades en la circulación y la seguridad. Otra de las claves es su menor coste de compra y mantenimiento.
