Ya no son 20 sino 17 las nuevas oficinas disponibles tras la profunda reforma practicada en el singular edificio de los soportales de Beiramar. Antes de finalizar la actuación diseñada y dirigida por el estudio de arquitectura Castroferro -premiado por la remodelación de Portocultura-, la Autoridad Portuaria ya había adjudicado el primero de los espacios y en las últimas semanas otros dos han formalizado el contrato. En el departamento comercial de Praza da Estrela se declaran desbordados. "Recibimos visitas de gente interesada todos los días", aseguran.
Este aluvión de llamadas surge cuando ni siquiera arrancó oficialmente el plan de comercialización de los 3.500 m2 disponibles para estos usos. Salvo publicaciones puntuales y la inserción de un anuncio permanente refugiado entre los numerosos apartados de la página web de la APV, poco más había transcendido sobre la disponibilidad de estos 20 locales y las condiciones de ocupación. Al parecer, la ejecución de esta obra en el corazón de este edificio de Beiramar donde hay otros 50 concesionarios abrió los ojos a esas empresas que por su indecisión se quedaron sin la oportunidad de asentarse en Portocultura, donde la demanda comenzó primero a cuentagotas para terminar agotándose de golpe. En el Puerto no encuentran otra explicación a esta inusitada demanda, a no ser por el precio.
Y sí que hay diferencia. En comparación con los inquilinos del complejo de oficinas presidido por el jardín conmemorativo de la expedición de Magallanes y Elcano, los de los soportales de O Berbés pagarán un 11% menos. Finalmente, el precio del metro cuadrado anual se ha fijado en 76 euros frente a los 85 de Portocultura. Sobre la vigencia del contrato de arrendamiento, las condiciones no difieren: 20 años prorrogables por otros 10.
En el departamento comercial del Puerto se limitan a informar a los interesados de las condiciones económicas y a mostrarles los flamantes espacios. Esto no significa que todos acaben solicitando uno, porque de ser así, contabilizando las visitas recibidas en las últimas semanas, la demanda superaría con creces a la oferta. Pero es un aviso para que esas empresas que estén animadas a fijar su sede en este edificio no pierdan más tiempo.
