Casi ocho años después de su presentación en sociedad, el complejo de Vialia, diseñado por el arquitecto norteamericano Thom Mayne, afronta la recta final para iniciar su construcción. La Comisión Superior de Urbanismo de la Xunta emitió ayer un informe favorable sobre el proyecto de la estación intermodal que incluye el citado complejo, la terminal de autobuses y sus accesos y conexiones viarias. Aunque todavía queda pendiente un informe de la Dirección Xeral de Mobilidade, en la práctica esta decisión deja ya en manos del Consello de Goberno la concesión de la licencia. Según fuentes de la Xunta, el plazo sería de dos o tres semanas. A partir de ahí, la constructora San José, a la que le ha adjudicado la obra el operador francés Immochan, podría iniciar unas obras presupuestadas en 84 millones de euros. Si no hay obstáculos de última hora y se mantiene el calendario las máquinas empezarían a trabajar en el mes de noviembre.

El complejo Vialia es la mayor actuación de naturaleza comercial que se acometerá en la ciudad. Lo principales datos de la operación urbanística hablan por sí solos: 43.000 metros cuadrados de suelo comercial, 23.000 metros cuadrados de plaza pública, un aparcamiento de 1.600 plazas y, según la empresa promotora, creará 1.500 puestos de trabajo directos y otros 500 indirectos. Además durante su construcción se dará trabajo a 900 operarios. El tiempo de ejecución es de 24 meses, por lo que, si se cumplen los plazos anunciados por la propia Immochan, debería estar concluida hacia finales de 2020.

Simultáneamente a la edificación del centro comercial, la Xunta tendrá que licitar el proyecto y posteriormente adjudicar la construcción de una terminal de autobuses para dotar de carácter intermodal a la estación ferroviaria de Urzáiz. El primero de estos pasos se podría producir antes de finales de año. El presupuesto rozaría los 16 millones de euros. Además debería sacar a concurso la parte de los accesos que le corresponde ejecutar.

Al mismo tiempo, el Concello de Vigo y Adif tendrían que afrontar las infraestructuras a las que se comprometieron en su día cuando sellaron un acuerdo a tres bandas. Entre las más importantes, la construcción de un túnel de 110 metros de longitud que enlace la calle Lepanto y la futura estación de autobuses, con la consiguiente demolición del conflictivo paso elevado sobre Alfonso XIII.