Las Unidades de Aislamiento de Alto Nivel son de esos equipamientos con pocas probabilidades de que se usen, pero que es indispensable tener a punto. El Meixoeiro cuenta desde hace años con una zona para aislar pacientes que, en verano de 2014, se remodeló de urgencia al ser designado por Sanidade como centro de referencia para el ingreso de casos sospechosos de ébola detectados en Galicia y, en 2016, también decidió centralizar en ella los ingresos por fiebre de Crimea-Congo. Con el objetivo de incrementar la seguridad de los trabajadores, mejorar la confortabilidad del paciente y limitar la posibilidad de expansión de enfermedades infecciosas de alto riesgo, el Sergas está habilitando unas nuevas instalaciones, cuatro veces más grandes.
Las obras ya están en marcha. La unidad se traslada a la segunda planta del Meixoeiro y ocupará la mitad de una de sus dos alas. De este modo, el Sergas prescinde de unas 15 camas de hospitalización. Estaban asignadas a Geriatría y se han movido, a principios de mes, un piso más arriba. Esta tercera planta ha permanecido vacía la mayor parte del año desde que el Álvaro Cunqueiro abrió sus puertas y reordenó la hospitalización. De hecho, solo llegó a tener todas sus habitaciones operativas en una ocasión, el pasado mes de enero, en pleno pico de gripe. Este es el argumento con el que la Gerencia justifica la decisión. Además, destaca que si fuera necesario el Álvaro Cunqueiro tiene más capacidad para convertir en dobles habitaciones.
Las obras tienen un presupuesto de 40.000 euros. Se aprovechará la disposición actual de las habitaciones. A un lado del pasillo, se emplearán dos como cuartos de aislamiento con presión negativa -que controla que el aire, al abrir la puerta, no salga y no se propaguen microorganismos-. A diferencia de las actuales instalaciones, cada una tendrá su baño, lo que evitará que el paciente tenga que usar pañal, como sucedió con el único caso para el que se utilizó: una sospecha de ébola en un joven de Guinea Conakry, en octubre de 2015, y que resultó ser malaria.
A cada una de las habitaciones se accederá por su propia esclusa, mientras que antes las compartían. Además, serán más grandes. Del tamaño de un cuarto doble. Disponer de más espacio es importante porque es el lugar en el que los profesionales llevan a cabo las delicadas tareas de colocarse -zona de limpio- y retirarse el traje y desechar todo el material utilizado -zona de sucio-, compartiendo el espacio con distintos equipos.
Habrá también un control de enfermería y, al otro lado del pasillo, dispondrán de una sala de estar, una para guardar los equipos y otra para residuos.
La unidad seguirá teniendo un acceso desde el exterior sencillo y directo. La ambulancia con el paciente llegará al sótano, a la altura de un ascensor -ya existente-, que comunica con ella.
Se prevé que esté lista a finales de año. Comenzarán después las actividades de formación de personal. El jefe del Servicio de Medicina Preventiva, Víctor del Campo, explica que, en la actualidad hay medio centenar de profesionales preparados para actuar en caso de alerta sanitaria por enfermedad infecciosa de alto riesgo. Además de que se necesitaría aumentar esta cifra, entiende también es precisa una actualización. Sobre todo, por el cambio de perfil del Meixoeiro, que ya no es un hospital de agudos con unidad de críticos.
El espacio de la actual unidad de aislamiento formará parte de la futura unidad de mama, que también se ampliará. En concreto, esta zona se destinará para las mamografías del programa de cribado de cáncer por su acceso directo.
