El mes de huelga de estibadores iniciado esta semana en Lisboa abre en Vigo la expectativa de recibir barcos afectados por una movilización que ya provocó la suspensión de operaciones en la capital de la primera naviera de mundo, Maersk. La previsión que manejan los operadores locales se basa en la protesta en los muelles lisboetas que hace dos años regaló a la terminal de contenedores de Guixar la ruta directa a Canadá de Hapag-Lloyd. Hasta ayer la Autoridad Portuaria carecía de notificaciones sobre la arribada de buques desviados de Lisboa pero sí se veían con opciones de que esto pueda ocurrir en los próximos días.
La movilización que acabó por espantar a Hapag de Lisboa arrancó el 20 de abril de 2016 y duró hasta el 27 de mayo. Tras la intermediación del Ministerio del Mar de Portugal se alcanzó un acuerdo que puso fin a esta huelga pero cuando ya las consecuencias eran irremediables, como la marcha de la naviera alemana. Tampoco devolvió la estabilidad a unos muelles que en los últimos dos años han seguido sufriendo las acciones reivindicativas de distintos colectivos portuarios, lo que sin duda tampoco ayudó a que la citada armadora se replantease el regreso pese a que el año pasado, coincidiendo con su primer aniversario en Guixar, canceló varias escalas en la terminal viguesa por la huelga de los estibadores vigueses.
Los paros iniciados este lunes se mantendrán hasta el 8 de octubre. Justificados en protesta por la precariedad laboral, además de solucionar esta situación también demandan acabar con las diferencias salariales entre los mismos puestos y una serie de mejoras en las condiciones de trabajo. La reacción de las empresas ha sido inmediata al declarar la ruptura del acuerdo cerrado el pasado junio con los portavoces de la plantilla portuaria que, según fuentes citadas por medios especializados españoles, ya incluía un incremento salarial.
Las navieras que operan en Lisboa tampoco han tardado en aplicar cambios en la programación en esta terminal para hacer frente a la movilización. Empezando por la danesa Maersk, que ayer ratificó su decisión de cancelar todas sus operaciones en Lisboa. Su primer planteamiento pasa por redirigir la importación de mercancías con destino Lisboa a través del puerto de Leixões para su posterior embarque en tren hacia la capital.
Tanto la terminal de Oporto como la de Sines son dos de las terminales que más podrían beneficiarse del paro en la prestación de servicios portuarios en Lisboa, aunque en el Puerto de Vigo también se mostraban ayer "vigilantes" dado lo ocurrido con Hapag-Lloyd. "De momento no hemos recibido ningún aviso de buques desviados", explicaron ayer fuentes portuarias, aunque en el sector consignatario local dan por seguro que no solo en tráficos de contenedores sino incluso en cruceros, "a Vigo algo le caerá de regalo. Todo dependerá de lo que duren los paros", prevén.
