Los exoesqueletos que PSA, en colaboración con el Centro Tecnológico de Automoción de Galicia (CTAG) y la Mutua Universal, ha empezado a probar esta semana en la factoría para ayudar a los trabajadores en aquellos puestos físicamente más exigentes cuentan con el visto bueno de empleados y sindicatos, que destacan su "ligereza" y el descanso que permiten en algunos movimientos.

Por ahora, esas servoarmaduras se están testando en un puesto bajo caja -en el que los operarios se ven obligados a trabajar con los brazos estirados por encima de la cabeza para colocar las piezas en los bajos de los vehículos- y fuera de línea, pero no se descarta su ampliación a otros para mejorar su ergonomía. Los exoesqueletos consisten básicamente en un armazón externo que se acopla a la espalda, piernas y brazos de una persona y que le facilita la realización de determinadas tareas. Esta misma semana Nissan anunció también la introducción de esta tecnología en su fábrica de Barcelona.

La planta viguesa ha sido pionera en estos últimos años en la incorporación de nuevas tecnologías y procesos vinculados a la industria 4.0. De hecho, cuenta con vehículos de guiado automático (AGV) para el reparto de piezas al borde de línea; cámaras de visión artificial para agilizar los controles de calidad; robots colaborativos o cobots capaces de operar codo con codo con personas sin riesgos para su integridad física (no necesitan celdas de seguridad), sistemas inteligentes de geolocalización de personas y mercancías, y ahora, exoesqueletos.