"Poco a poco se va retomando la normalidad y celebrando las vistas retrasadas". El juez decano, Germán Serrano, valora que el perjuicio fundamental que dejó el paro de funcionarios fue el "retraso" en los señalamiento de las vistas -él ya celebró casi todas las suspendidas por la huelga en su juzgado-, una demora que, salvo casos puntuales, cifra en "dos o tres meses". A su juicio, que antes del paro no hubiese en los tribunales vigueses "ninguna situación de colapso", permitirá que en unos meses se haya recuperado la normalidad: "Eso sin perjuicio de que habrá que hacer una radiografía de cada juzgado; si se detecta alguna disfunción, habrá que pedir medidas de refuerzo, de funcionarios o jueces de apoyo si fuese el caso".

Uno de los problemas es la bolsa de 600 demandas civiles aún pendientes de repartir que se acumulan en el servicio de registro y reparto. Serrano apunta que la situación se está "normalizando", teniendo en cuenta el gran volumen de expedientes de esta oficina. En 2017 entraron casi 40.300 demandas y 159.000 escritos. Y entre enero y este mayo fueron casi 20.000 demandas y 47.000 escritos. "Trabajan con rigor y agilidad", dice.

Sobre la larga huelga, cree que fue un "desastre" desde un punto de vista "humano y de servicio público". "Se escucharon gritos en los juzgados, se provocaron lágrimas, se asaltaron salas de vistas... y eso dejó huella; ahora hay que pasar página, restañar heridas, recoger a la gente, mirar hacia adelante y trabajar", afirma. Sobre las reivindicaciones de los funcionarios, reconoce que sufrían una desigualdad salarial con respecto a otras comunidades. "No se si el viaje tan doloroso valió la pena, pero lo que han logrado en materia de bajas, permisos, subida salarial... es más que razonable", concluye.