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La construcción de Peinador, un motivo de visita

Hace 80 años se invitó a los vecinos de Vigo y Lavadores a comprobar el estado de los trabajos de una obra "colosal"

Fue hace 80 años cuando el aeropuerto de Vigo, que todavía no se encontraba operativo, vivió uno de sus episodios cargado de más simbolismo. El Decano invitaba, con el acuerdo de las autoridades locales, a que todos los vecinos de Vigo y Lavadores, que en aquella época todavía era un ayuntamiento, a que visitaran las obras. Suponía un aliciente especial para los 600 obreros que trabajaban sin descanso en una infraestructura que "dará grandeza a la ciudad", según se podía leer. Eran los datos oficiales, ya que se habían destinado más de un millón de pesetas de inversión en la iniciativa. Y se aclaraba que todos los trabajadores cobraban un salario.

Pero realmente no era así. Todos los ciudadanos de Vigo y Lavadores, entre los 20 y los 60 años, estaban obligados a comparecer dos veces por semana en Peinador para trabajar. Si no querían, debían pagar 12 pesetas. Los ayuntamientos eran los que hacían las gestiones e incluso llevaban un control de los trabajadores por barrios y calles. Tal era la obligación, que en las páginas del periódico se pueden encontrar muchas referencias. Por ejemplo, que aquellos que no fueron a trabajar y no habían pagado se les concedía un plazo de quince días para abonar la cuota sin recargo. En caso de que no lo hicieran, la multa sería mucho mayor.

El aeropuerto presentaba en aquella época un aspecto llano, después de remover 580.000 metros cúbicos de tierra. Se había logrado establecer una superficie de 280.000 metros cuadrados, aunque se necesitaban 170.000 más para completar el proceso. Y en eso estaban "técnicos y obreros muy cualificados". Visitar las obras era un aliciente, aunque no existen referencias sobre la cantidad de personas que se acercaron. Tenían a su favor que podían desplazarse fácilmente, ya que muy cerca se encontraba una de las paradas del tranvía que unía Vigo con Porriño.

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El lugar para construir el aeropuerto fue objeto de un profundo debate durante muchos años. Se buscaron numerosas ubicaciones. Una de ellas fue en el actual polígono de As Gándaras, una opción que se descartó por lo inestable del terreno. También cerca de Valladares, lugar que no se vio viable al estar rodeada de montañas. El Ayuntamiento de Vigo, con cierta oposición del de Lavadores, fue el que propuso el actual lugar para realizar una infraestructura que tardó muchos años en desarrollarse.

El aeropuerto creció a ritmo lento. Cuenta la historia que incluso aterrizaban avionetas sin estar inaugurado oficialmente. También que sufrió retrasos en su construcción debido a que se desviaron fondos económicos para hacer el de Santiago. Pero poco a poco tomó forma y se convirtió en un referente.

No fue hasta 1954 cuando se realizó la inauguración oficial. Ya antes se habían realizado aterrizajes de aviones comerciales y también era usado por numerosas personas que tenían en la aeronáutica una de sus grandes pasiones. En 1938 se vivió una experiencia singular que algunos historiadores consideran como anecdótica, sobre todo por la época en la que transcurrió, al final de la Guerra Civil.

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